cumbre en parís

El G-20 urge a Europa a solucionar la crisis para evitar un contagio global

Considera que de llevarse a cabo la UE podría maximizar su capacidad de respuesta ante una nueva crisis

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El G-20 ha proclamado en París que está en manos de los países europeos demostrar con hechos y de modo inmediato que están comprometidos a solucionar su crisis interna y evitar así que contagie al resto del mundo.

En la reunión de sus ministros de Finanzas, que ha finalizado en la capital francesa, los participantes han dejado claro que, aunque detectan avances en la reforma de la gobernanza de los europeos, estos aún tienen que actuar de manera decidida. Y lo tendrán que hacer en la cumbre que la Unión Europea celebra el próximo 23 de octubre, antes de la siguiente cita de los líderes del G-20, prevista para los 3 y 4 de noviembre en Cannes (sureste de Francia). Un "plan amplio" que afronte de manera "decisiva" los desafíos que plantean los países de la eurozona con su crisis de deuda soberana al resto de los Estados industrializados y emergentes que reúne el G-20 es lo que han pedido los ministros a los europeos.

La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, que ha participado en la reunión, ha advertido de "una evolución negativa" de la economía en las últimas semanas, con un posible contagio de las "débiles" perspectivas de los países avanzados a los emergentes, y lo ha atribuido sobre todo a la incertidumbre sobre la situación en Europa.

Lagarde ha dicho que todos los ministros de Finanzas habían coincidido en que para salir de esa situación lo fundamental es que Europa dé solución a tres problemas básicos: los de sus bancos, los de sus redes de seguridad y el de la deuda griega. Ha reconocido que hay "unas perspectivas de riesgo más oscuras", de forma que las proyecciones de crecimiento "débiles en los países avanzados" están afectando a los emergentes.

Compromiso de la zona euro

En el comunicado final, el G-20 ha dado en París la bienvenida al "compromiso de los países de la zona euro para tomar las acciones necesarias para implementar las decisiones" de la cumbre del 21 de julio para incrementar la capacidad y la flexibilidad del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.

En ese texto, el G-20 alude a que el FMI deberá tener "recursos adecuados" para acudir en apoyo de los países europeos pero en París no se pudo llegar a un acuerdo sobre un nuevo reparto de poder en la institución y aplazaron la discusión hasta la cumbre de Cannes. "Lo indispensable es que los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) sean adecuados para hacer frente a las necesidades de los países en función de las circunstancias", se ha limitado a decir Lagarde.

Y sobre la propuesta de países emergentes como Brasil de hacer aportaciones suplementarias al fondo para que tenga más dinero, lo que indirectamente les reportaría un mayor peso específico en la toma de decisiones, Lagarde ha indicado que "la reforma de las cuotas y el aumento de las contribuciones deben hacerse de forma completa".

Justamente Brasil ha pedido a través de su ministro de Finanzas, Guido Mantega, que los países europeos adopten decisiones que mejoren su gobierno para contribuir a una solución de la crisis económico-financiera mundial, y advirtió de que esta comienza a amenazar al comportamiento de los países emergentes. Mantega ha explicado que los europeos tienen "asuntos que resolver" y que tienen que actuar "de manera decisiva para contener y superar su crisis financiera y de deuda soberana". Y ha advertido que la última oportunidad que tienen de hacerlo es su cumbre del próximo día 23.

España, copn Francia y Alemania

España, representada como país invitado permanente por su vicepresidenta, Elena Salgado, se ha alineado en la reunión con Francia y Alemania para defender una tasa global sobre las transacciones financieras, uno de los aspectos prioritarios de la presidencia de turno francesa del G-20 que aún no suscita la unanimidad. "España, junto con Francia, Alemania y algún otro país, cree que es una buena idea y que tiene todo el sentido", ha dicho Salgado, quien ha reconocido que no se espera un debate en profundidad sobre este tema hasta la cumbre de Cannes.

Salgado, que ha acudido a París después del anuncio la rebaja de la calificación de la deuda soberana de España por parte de la agencia de Standard & Poors, ha asegurado que en la reunión del G-20 no se ha hablado de los detalles de una eventual recapitalización de algunas entidades financieras europeas.

Por último, el G-20 ha lanzado desde París un mensaje a los países emergentes, pero muy particularmente dirigido a China, para que flexibilice la cotización de su moneda, el yuan, que debería fluctuar en función de "criterios de mercado", y también para que reoriente su economía y favorezca el consumo interno.

Aunque los ministros no han citado directamente a China, el ministro francés, François Baroin, ha precisado que se hacía referencia al yuan y a China después de exponer el "interés compartido" de los reunidos en contar con un "sistema financiero internacional fuerte".