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Popular y Pastor, un nuevo capítulo en las fusiones bancarias

El proceso arrancó en España en 1988 con la integración de los bancos de Bilbao y de Vizcaya, que con la incorporación de Argentaria acabaría dando lugar al BBVA

MADRID Actualizado: Guardar
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La fusión que ultiman el Banco Popular y el Banco Pastor abre un nuevo capítulo en la etapa de concentración financiera iniciada con las integraciones recientes de cajas de ahorros.

El proceso de fusiones bancarias españolas arrancó en España en 1988 con la integración de los bancos de Bilbao y de Vizcaya, que en 1999 aumentó su tamaño al incorporar a Argentaria, la antigua banca pública que había sido privatizada un año antes. Como resultado, nació el BBVA, que se convirtió el mayor banco en el país por capitalización bursátil.

El BBVA dio un paso más en el 2000 al ejecutar las absorciones de su filial Banca Catalana -que había sido adquirida en 1984 por el Vizcaya tras la crisis financiera y judicial de la entidad catalana-, del Banco de Comercio y del Banco de Negocios Argentaria.

Pocos años después del inicio del anterior proceso de unión de los bancos vascos, en 1991 comenzó la fusión del Banco Hispanoamericano y el Banco Central, que dio como resultado el Banco Central Hispano.

En 1994 el Fondo de Garantía de Depósitos adjudicó Banesto -que había sido intervenido en diciembre del año anterior- al Banco Santander, entidad que en 1999 se unió al Central Hispano para convertirse en la mayor institución financiera del país por volumen de activos.

El Banco de Sabadell ha sido otra entidad que se ha visto inmersa en sucesivos procesos de fusión. El primero de ellos fue la alianza estratégica de intercambio accionarial y de consejeros con el Banco Comercial Portugués, en 2000. Luego siguieron la absorción del Banco Herrero (2002), o las adquisiciones en 2003 del Banco Atlántico, por 1.500 millones de euros, o del Banco Urquijo, en mayo de 2006, por 760 millones de euros. Finalmente, en 2010 acordó su integración con el Banco Guipuzcoano, en lo que se conoce como la primera fusión de la banca española en el actual marco de reestructuración financiera.

Tampoco el Banco Popular quedó al margen de estos procesos de reducción del mapa de entidades bancarias en España. En 2008 absorbió a cuatro de sus cinco marcas regionales, el Banco de Castilla, el de Crédito Balear, el de Galicia y el de Vasconia, cerrando este proceso en 2009 con la incorporación a la matriz del Banco de Andalucía.

Otras fusiones en España, pero de menor calado, fueron la absorción del Banco de Murcia por el de Valencia, en 2002, la unión llevada a cabo en 2003 entre el Banco Zaragozano y el británico Barclays Bank, o la fusión de las tres filiales en España de la entidad portuguesa Caixa Geral de Depósitos, en 2002.