Tráfico caótico en una calle de Nueva York. / Archivo
EE UU | tráfico

Conducción distraída

Más de 5.000 víctimas mortales en 2009 han convencido a las autoridades de que hay que tomar medidas drásticas contra los conductores descuidados, que empiezan a alcanzar niveles epidémicos en EE UU

NUEVA YORK Actualizado: Guardar
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Hasta aquí hemos llegado, acaba de advertir Washington a los conductores que se distraen mandando mensajes de texto, actualizando el Facebook, escribiendo en Twitter, o leyendo su correo electrónico en el iPad mientras van al volante. Más de 5.000 víctimas mortales, solo en 2009, han convencido a los estados y al gobierno federal de que hay que tomar medidas drásticas para cortar el paso a la conducción distraída, que empieza a alcanzar niveles epidémicos en Estados Unidos.

“Un número incalculable de conductores, principalmente jóvenes y adolescentes, circulan todos los días con los ojos puestos en la pantalla en lugar de en la carretera”, dijo la semana pasada el gobernador de Nueva York, Mario Cuomo, al anunciar leyes más duras para acabar con el uso de aparatos electrónicos portátiles mientras se conduce. No le faltaban razones pues en 2010 la policía neoyorquina puso 331.809 multas a conductores que manejaban sus móviles u otros aparatos electrónicos al mismo tiempo que el volante. Cuomo se propone aumentar los castigos hasta 110 euros de multa y 3 puntos en el carnet de conducir –con 11 puntos lo suspenden— a los conductores recalcitrantes que sigan pegados al iPhone mientras circulan.

Para madres como Kelly Cline, de Buffalo (Nueva York) los planes del gobernador son música celestial, pues su hijo murió en un accidente provocado por un conductor que se distrajo mandando un SMS. “Conozco de primera mano las consecuencias trágicas que puede desencadenar en un segundo la conducción distraída”, declaró Cline al apoyar a Cuomo. Desafortunadamente su hijo engrosó las sangrientas estadísticas que han llevado a la Agencia para la Seguridad Viaria en las Autopistas Nacionales de EEUU a dar la voz de alarma. “Aunque sólo son la punta del iceberg, los números que tenemos demuestran que la conducción distraída sigue siendo una epidemia nacional”, explica el ministro de Transportes, Ray LaHood. Sólo en 2009 los accidentes de este tipo se cobraron 5.474 vidas, el 16% del total perdido en las carreteras, además de causar 448.000 heridas. La mayor parte de los conductores involucrados tenían menos de 20 años, algo que impulsó al ministro a convocar para el próximo septiembre en Washington la segunda Cumbre Nacional sobre la Conducción Distraída.

Actualmente son 34 los estados de la Unión americana que prohíben hablar por el móvil o mandar SMS mientras se conduce, aunque con normativas de poca pegada. Pero el impulso para su endurecimiento va ganando terreno, porque en las Legislaturas de toda la nación se esgrimen los estudios que denuncian la reducción de las capacidades visuales, manuales y cognitivas que sufren los conductores al combinar el volante con el uso de aparatos electrónicos portátiles. “Conducir mientras se habla por el móvil, se mandan mensajes de texto o se usa un app puede ser tan peligroso como conducir ebrio y, desde luego, es mucho más común”, recalca la representante demócrata por Nueva York, Carolyn McCarthy.

Si los deseos de esta congresista y sus colegas de Washington se llevan a la práctica pronto se aprobará el proyecto de Ley para la Conducción Segura, que acaba de ser presentado en el Congreso. Esta normativa no sólo exige al Ministerio de Transportes que fije unos límites nacionales al uso de los móviles y otros aparatos electrónicos mientras se conduce, sino que requiere estudiar a fondo si el empleo de pinganillos y micrófonos de ambiente para hablar por teléfono al circular también debe ser prohibido, porque distraen al conductor. “Con unas pocas medidas de sentido común podemos reducir los accidentes y salvar vidas”, recalcó la congresista McCarthy. Pero hasta que se aprueben el gobierno federal ha tomado medidas en su propia casa: ha prohibido a los funcionarios que manden SMS mientras conducen vehículos oficiales, además de establecer un límite similar para los conductores de autobuses y camiones, so pena de multas que pueden alcanzar los 2.000 euros.