El director de la Ruta Quetzal , Miguel de la Quadra-Salcedo
Ruta Quetzal BBVA 2011

De la Quadra-Salcedo salda una deuda

MADRID Actualizado: Guardar
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La Ruta Quetzal BBVA 2011 tiene muy marcado el sello de Miguel de la Quadra-Salcedo. La expedición de este año recordará a algunos de sus antepasados y visitará zonas del País Vasco en las que este navarro, de 79 años, pasó su adolescencia. De la Quadra-Salcedo sigue “tirando del carro” de esta gran aventura, según cuentan quienes mejor le conocen. Mantiene la misma vitalidad que cuando en 1979 y por sugerencia del Rey Juan Carlos creó este programa “con el objetivo de consolidar entre la juventud de 16 y 17 años los cimientos de la comunidad Iberoamericana de naciones entre todos los países de habla hispana, incluidos Brasil y Portugal”.

Para encontrar el origen de esta vigésimo sexta expedición hay que remontarse a la etapa universitaria de Miguel de la Quadra-Salcedo. Cuando tenía 20 años descubrió en la Real Biblioteca de Palacio Real de Madrid un libro que dice le “entusiasmo”. Este año saldará una deuda.

Se trataba de la obra ‘Trujillo del Perú’ escrita en el siglo XVIII por el obispo Martínez Compañón. Una colección de nueve volúmenes que contenían 1.411 dibujos con descripciones detalladas a cerca del pasado prehispánico de este país: las idolatrías, las poblaciones, la economía y múltiples aspectos e la sociedad, las costumbres y la vida cotidiana, así como elementos etnográficos, botánicos y zoológicos del norte de Perú.

Baltasar Jaime Martínez Compañón y Bujanda nació en Cabredo (Navarra), el 6 de enero de 1735, y murió en Bogotá en 1797. Estudió Derecho en la Universidad de Oñati y fue Rector en Vitoria en 1759. Ordenado sacerdote en 1761, siete años después fue nombrado Chantre de la iglesia metropolitana de Lima por el Rey Carlos III con el fin de investigar y clasificar las músicas acopiadas en la catedral.

Designado Obispo de Trujillo (Perú) por el Papá Pío VI, en 1779, en los nueve años de su episcopado fundó 20 pueblos y trasladó 17; construyó 54 escuelas, seis seminarios, cuatro casas de educación para indios y 39 iglesias reparando otras 21; construyó 180 leguas de caminos nuevos y tres acequias. Además, fomentó la agricultura del cacao y el lino, y sembró árboles en la región de Sechura. Permaneció en Trujillo hasta 1791, tiempo durante el cual envió al Príncipe de Asturias, futuro Carlos IV, sus valiosas colecciones de antigüedades peruanas existentes en el Museo de América de Madrid.