más de un año de bloqueo

El rey de Bélgica encarga al socialista Di Rupo la formación de un nuevo gobierno

El líder francófono tratará de forjar un consenso que permita poner fin a la crisis política que vive el país

BRUSELAS Actualizado: Guardar
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El rey Alberto II de Bélgica ha encargado al líder socialista francófono, Elio Di Rupo, formar un nuevo gobierno, una tarea que de llegar a buen puerto le convertiría en primer ministro y pondría fin a un periodo de más de un año en el que el país ha vivido con un Ejecutivo en funciones.

En un comunicado, el Palacio Real ha informado de que Di Rupo -cuyo partido fue el segundo más votado en las últimas elecciones tras los soberanistas flamencos del NV-A- ha aceptado la misión encomendada por el monarca, con quien se ha reunido hoy. Según la nota, el rey ha pedido al político que "adopte todas las iniciativas útiles" para formar gobierno.

Desde los comicios de junio de 2010, ningún político había llegado a recibir el encargo oficial para encabezar un nuevo Ejecutivo dado el bloqueo de las negociaciones entre los partidos de cara a la creación de una coalición estable y a la reforma del Estado a la que todos se han comprometido.

Ante la compleja situación, Alberto II fue nombrando a toda una serie de mediadores que trataron durante meses de allanar el camino con poco éxito. El último de ellos, el líder democristiano flamenco Wouter Beke, presidente del CD&V, presentó la pasada semana al rey un informe positivo sobre las conversaciones mantenidas en las últimas semanas con varios partidos. Con la certeza de que esta vez hay una "base sólida" para lograr un resultado positivo, Alberto II inició inmediatamente reuniones con los principales líderes políticos del país.

30 años sin un francófono al frente del Ejecutivo

Tras el encargo recibido hoy, Di Rupo volverá a tratar de forjar un consenso que le permita avanzar en la reforma del estado y establecer una coalición gubernamental. El pasado verano, el político socialista ya lideró los contactos para formar un gobierno tras las elecciones de junio como "preformador". Di Rupo recogió entonces el testigo de Bart De Wever, el polémico líder nacionalista flamenco, quien es visto desde la parte francoparlante del país como el principal responsable de la crisis política. De Wever fue el gran vencedor de las elecciones del 13 de junio de 2010 pero no ha podido -y para muchos no ha querido- convertirse en primer ministro.

Si Di Rupo logra serlo, sería la primera vez en 30 años que un francófono se coloca al frente del Gobierno federal, un puesto que han copado en las últimas décadas los líderes flamencos, que representan a la parte más poblada del país.