La última aventura de Raúl en la 'Champions'

La frontera de los 30 años supone un momento de reflexión vital para muchos hombres cuando pasan la hoja del calendario. Revisan sus sueños y logros y hacen balance para comprobar su grado de satisfacción. En muchos casos se estrellan de bruces con el imparable progreso del tiempo y retoman con rapidez sus proyectos antes de que la juventud termine por evaporarse de sus manos.

En esta situación se encontraba Raúl González el pasado verano. Cumplidos los 33 años había vivido una campaña desacostumbrada con solo ocho partidos como titular y la percepción del declive y los papeles secundarios. Entonces decidió cambiar su situación y saltar a una nueva aventura. Como el doctor Livingstone que se adentró en África con 36 años el español oteó entre las variopintas y exóticas ofertas una opción para resolver sus ambiciones.

Su elección le condujo a un terreno inhóspito para los españoles, la Bundesliga, y a un equipo, el Schalke, con referencias lejanas y breves. Como un nuevo Fernando de Magallanes descubrió nuevos campos que ninguna adivina habría leído en la palma de su mano. Sufrió la exigencia física en los bosques de la Renania, compartió la alegría de los mineros del Rhur, crió a sus hijos en un enclave de la antigua Prusia y memorizó apenas unas pocas palabras de un idioma insólito para un niño criado en la modesta Colonia Marconi de Madrid. "Necesitaba escapar", responde ahora con una sonrisa a todo aquel que le pregunta por su solución.

Más allá de su experiencia vital, el madrileño ha revivido su estado de estrella mundial para seguir acumulando récords en su currículo. Era el objetivo cuando eligió al Schalke porque era un equipo que jugaba la Liga de Campeones. El éxito ha sido innegable: es el máximo goleador en la historia de la competición (71 tantos), en la fase de eliminatorias (18 dianas), ha marcado por primera vez en San Siro, es el ariete del equipo revelación y sueña con pisar por primera vez Wembley.

Su único rival, "la historia"

Sin embargo, la triunfante marcha de Raúl por tierras alemanas puede tener una continuación menos satisfactoria para la próxima temporada. El Schalke es décimo en la Liga alemana a falta de tres jornadas y su clasificación para la 'Champions' depende de ganar la competición en la presente temporada y acceder a través de numerosas rondas previas. Para ello tendrá este martes una nueva cita con las hazañas en las semifinales contra el Manchester United, el equipo menos goleado del torneo. Además, puede levantar su primera Copa nacional si su equipo vence el 21 de mayo en el Olympiastadion de Berlín al Duisburgo, de la segunda categoría.

Serán sus últimas andanzas de la temporada antes de su posible renovación con el club que se ha contagiado de su ambición: "La Bundesliga es un objetivo para el año que viene", ha anticipado el exmadridista. Al fin y al cabo solo son más opciones para agrandar su figura porque, como vaticinó Jorge Valdano, "su único rival es y será la historia".