ANÁLISIS

Sigue por sus jugadores

MADRID Actualizado: Guardar
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Nada es gratuito en este Barça donde Guardiola marca los tiempos y es todopoderoso. Manda mucho más que Sandro Rosell, un presidente aliviado porque sabía que de la renovación de Pep dependía su credibilidad. Si le hubiera dicho nones el técnico de los seis títulos en un año, de los récords en serie y de la confección del mejor equipo del mundo, y quizá de la historia, se hubiera dinamitado un club con tendencia añeja a la autodestrucción.

El dirigente tenía un problema grave. No soporta a Johan Cruyff, el maestro de Guardiola y principal asesor en la sombra del expresidente Joan Laporta, hoy metido en la deriva política hacia el independentismo. Y sabido es que las terceras personas rompen cualquier matrimonio, incluso los de conveniencia.

Dicen quienes bien le conocen que Guardiola vive su profesión con tal intensidad que no puede seguir mucho más. Pero ama tanto a su Barça que no podía dejarle tirado ahora. Ni siquiera por los 20 millones de euros al año que Qatar estaba dispuesto a pagarle para dirigir a la selección con vistas al Mundial de 2022. Una locura.

Los grandes artífices de la continuidad del entrenador culé son sus jugadores. Sigue porque les ve igual de hambrientos de títulos que al principio. La carrera que se dio el sábado Messi detrás de Agüero valen más para el técnico que decenas de horas de negociación en la sombra con Andoni Zubizarreta, el director deportivo.

Aunque su carrera triunfal deja sombras, como los fichajes de Ibrahimovic y Chigrinskyi, el Barça le pueda estar eternamente agradecido. Por el juego que propone, por su estilo y por sus maneras, siempre educadas y elegantes. Y por la capacidad para convertir en astros a canteranos como Pedro o Busquets, antes anónimos y ahora de valor incalculable.