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Djokovic se corona en Melbourne

El tenista serbio se impuso a Andy Murray en tres sets (6-4, 6,2 y 6-3) y conquista su segundo 'Grand Slam'

Melbourne Actualizado: Guardar
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Novak Djokovic se impuso en la final del Abierto de Australia a Andy Murray por (6-4, 6,2 y 6-3) y conquistó el torneo de Melbourne por segunda vez. El triunfo supone, además, el segundo 'major' en el palmarés del balcánico. El tenista serbio se mostró muy superior en todo el partido y solventó el choque en dos horas y 39 minutos. Djokovic se mostró muy firme y no dio ninguna opción al escocés. Por su parte, Murray notó el cansancio del largo partido de semifinales ante David Ferrer. El británico amplía su maleficio con los torneos del 'Grand Slam', que nunca ha logrado conquistar a pesar de haber disputado tres finales, la última el pasado año, también en el Melbourne Park, cuando fue superado por el suizo Roger Federer.

En la primera final desde 2008 sin el español Rafael Nadal ni el suizo Roger Federer, la segunda de las últimas 23 finales de un Grand Slam, fue el serbio el que afianzó sus ambiciones. Murray dio síntomas de no haber aprendido la lección. Finalista por segunda vez en el Melbourne Park, superado entonces por Federer, que también le distanció del éxito en el Abierto de Estados Unidos de 2008, fue dejado en evidencia por los acontecimientos.

Con el respeto debido echó a andar la final. Sin grandes aspavientos. Con pocos riesgos. Cada uno mantuvo su saque. Y en los ocho primeros juegos solo se contempló una posibilidad de 'break'. La de Djokovic, que no aprovechó. Rentabilizó eso sí la del noveno juego. Murray no estuvo bien con su saque. Firmó seis 'aces', pero no encontró su fiabilidad cuando más lo necesitaba.

Un parcial de 7-0 dejó media tarea realizada para el tenista de Belgrado, auxiliado desde de la grada por su equipo y, como en todo el torneo, por su compatriota Ana Ivanovic, que no le ha dejado ni a sol ni a sombra a pesar de ser apeada en la primera ronda del torneo femenino. Djokovic dejó enterrada la primera manga y más que encauzada la segunda, con 5-0. Una losa demasiado pesada para su rival, que aún no ha salido del todo adelante de la inestabilidad emocional de las grandes citas. Luchó, no obstante, y rompió por primera vez antes de caer.

Pero este no era el día de Murray en el Melbourne. Fue siempre a contracorriente. También en el tercer parcial, en el que el escocés empezó a acusar, además, su mayor gasto en las peleas previas y el menor tiempo de descanso. David Ferrer le exigió demasiado al británico, con 24 horas menos de recuperación que su adversario. También se notó. Enarboló la bandera blanca tras dos horas y 39 minutos de partido. Djokovic suma su segundo Abierto de Australia. El que le refuerza como alternativa al dominio bipolar que ha mantenido el mundo del tenis en los últimos años.