choques interétnicos

La Policía rusa detiene a un millar de ultranacionalistas

Los agentes han tomado posiciones en lugares estratégicos del centro de Moscú en previsión de violentos disturbios

MOSCÚ Actualizado: Guardar
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La Policía ha tomado el centro de la capital de Rusia, donde ha cerrado la Plaza Roja, y ha detenido a cerca de un millar de radicales para sofocar choques interétnicos entre ultranacionalistas rusos y caucasianos. "Algunos portaban pistolas, cuchillos, puñales, armas de electrochoque, porras telescópicas y aerosoles de autodefensa", ha asegurado Víctor Biriukov, portavoz de la Policía de Moscú, a la agencia Interfax.

La Policía tomó posiciones en lugares estratégicos del centro de Moscú desde primeras horas del día en previsión de violentos disturbios, como los ocurridos el sábado junto al Kremlin y que han agravado la tensión entre la mayoría rusa y las minorías étnicas. De poco sirvió que el presidente ruso, Dmitri Medvédev, advirtiera que la xenofobia y el racismo "amenazan la estabilidad del Estado", y que representantes de todos los estamentos políticos y sociales llamaran a la concordia nacional.

"Han sido detenidas unas 800 personas", ha manifestado Biriukov, quien ha negado que se hubieran producido violentos altercados en varias partes de esta ciudad habitada por decenas de etnias diferentes, como informaban las agencias y la prensa digital. Otras fuentes policiales han informado a la agencia oficial RIA-Nóvosti sobre la detención de más de 1.200 personas por alteración del orden público y sobre la incautación de siete pistolas cortas y 200 cuchillos y puñales. Además, se ha alertado de que en aislados choques interétnicos han resultado heridas una treintena de personas, de las que cinco han sido hospitalizadas.

La mitad de las detenciones se han producido en las inmediaciones de la estación de tren Kíevskaya, una de las más concurridas de la capital y que suele ser lugar de trabajo y reunión de muchos trabajadores procedentes del Cáucaso norte ruso.

Llamamientos a la calma

La Policía tuvo que cerrar todos los accesos a la mismísima Plaza Roja, el centro político, histórico y cultural de este país y el lugar más visitado de Rusia, para evitar disturbios al pie de las murallas del Kremlin. A primeras horas de la tarde, la Policía detuvo a decenas de caucasianos que, presuntamente, se disponían a protestar airadamente contra los ataques protagonizados el sábado pasado contra jóvenes del Cáucaso e inmigrantes extranjeros en la céntrica plaza del Manezh. Con el fin de evitar un nuevo estallido de la violencia, efectivos antidisturbios fueron apostados en la plaza Europa, lugar elegido por los caucasianos para su acción de protesta, convocada por Internet. Por esa razón, el centro comercial Evropeiski también tuvo que cerrar sus puertas a media tarde, por lo que muchos caucasianos decidieron concentrarse frente a las mezquitas de la ciudad.

La Policía, con el fin de evitar choques, detuvo a centenares de ultranacionalistas que se dirigían al centro urbano gritando lemas tradicionales, como "Rusia para los rusos" y "Moscú para los moscovitas". Para evitar nuevas agresiones contra las minorías, la Policía también escoltó personalmente de regreso a sus lugares de residencia a los inmigrantes que trabajan en las obras de reconstrucción del hotel Moskvá, situado cerca del Kremlin.

Mientras, las embajadas de Uzbekistán, Tayikistán y Kirguizistán, países centroasiáticos de donde proceden varios millones de inmigrantes que trabajan legal e ilegalmente en Rusia, aconsejaron a sus compatriotas a que se abstuvieran de salir hoy a la calle. Miles de efectivos de las fuerzas del orden, antidisturbios y del Ministerio del Interior patrullaron desde la mañana las calles y plazas del centro de la capital rusa, y también los mercados, estaciones de metro y autobús. Además, también se redoblaron las medidas de control de documentos por toda la ciudad, escenario de unos incidentes que han ensombrecido la reciente elección de Rusia como organizador del Mundial de fútbol en 2018. Los presidentes de las repúblicas norcaucásicas rusas de Chechenia, Ingushetia y Osetia del Norte llamaron a sus conciudadanos a abstenerse de participar en acciones violentas de protesta.

Los inmigrantes, en el punto de mira

"El centro de la ciudad se ha normalizado. La Policía controla la situación", ha señalado Biriukov a últimas horas de la tarde, mientras las agencias seguían informando de incidentes por toda esta ciudad de diez millones de habitantes. Según las emisoras de radio, columnas con centenares de jóvenes ultranacionalistas, cabezas rapadas y grupos contrarios a la inmigración se paseaban libremente por la ciudad en busca de "culos negros", como se conoce en este país a los oriundos del Cáucaso y Asia Central.

Por ello, el alcalde, Serguéi Sobianin, ha informado de que las medidas de seguridad extremas en el centro se mantendrían en pie hasta altas horas de la noche y de que "la Policía reaccionará con dureza ante cualquier provocación".

En una reunión con los sindicatos, Medvédev ha reconocido que en ciertos sectores de la economía nacional la contribución de la mano de obra extranjera es imprescindible, pero ha matizado que los inmigrantes no deben dejar sin trabajo a los rusos. Al mismo tiempo, tanto Medvédev como el primer ministro ruso, Vladímir Putin, han eludido hacer comentarios inmediatamente sobre los disturbios interétnicos en la capital del país.