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Con la puerta en las narices

Mel Gibson, Edward Norton o Megan Fox son algunos de los que han perdido lucrativos contratos a causa de su mala fama

MADRID Actualizado: Guardar
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Conocieron tiempos mejores pero ahora, a causa de la mala imagen generada por sus continuos escándalos, de su carácter díscolo o de sus trifulcas en el set de rodaje, no los quieren ver ni en pintura. Son los chicos y chicas malas de Hollywood, estrellas que amenazan con apagarse en una industria dispuesta a devorar hasta a sus vacas más sagradas.

Mel Gibson ha sido el último actor que ha visto cómo le daban con la puerta en las narices cuando ya casi estaba a punto de incorporarse a un rodaje. Los productores de Resacón en Las Vegas han decidido prescindir del actor para la segunda entrega de una cinta que se convirtió en una de las grandes revelaciones de la temporada cinematográfica el año pasado al recaudar casi quinientos millones de dólares en todo el mundo. La razón esgrimida no es otra que el carácter pendenciero del protagonista de Arma letal, la última de cuyas manifestaciones ha sido la trifulca con su ex novia, Oksana Grigorieva, plasmada en unas grabaciones que la policía de Los Ángeles está investigando para determinar las acusaciones de malos tratos vertidas por la rusa y que resultarían clave para el futuro de la custodia de la hija de ambos.

En Resacón en Las Vegas 2, Gibson iba a encarnar a un tatuador que desempeñaba su actividad en Bangkok, pero la amenaza de la mala prensa que acompaña al actor, asiduo en los últimos años a las páginas de los tabloides por sus excesos verbales -cargó contra los judíos y expresó su escepticismo sobre el Holocausto tras ser arrestado en California por conducir bajo los efectos del alcohol y, más recientemente, se refirió a una empleada doméstica de origen latino como "espalda mojada"-, unida a las reticencias mostradas por parte del elenco, han sido demasiado para los productores de la comedia, que han optado por fichar a Liam Neeson, quien se reunirá con su compañero de andanzas y 'subalterno' en El Equipo A Bradley Cooper.

Pero Gibson no es el único que ha perdido un contrato en los últimos meses a causa de su mala fama. Lo mismo le ha ocurrido a Edward Norton, reverenciado por numerosos críticos como uno de los mejores actores de su generación pero a quien su carácter persigue. Marvel decidió prescindir del intéprete de Las dos caras de la verdad para el rodaje de Los Vengadores, una cinta que reunirá a varios de los superhéroes más admirados de la factoría.

Allí estarán el Capitán América (Chris Evans) y Thor (Chris Hemsworth), entre otros. Pero Hulk no contará con el rostro de Norton, ya que éste no tenía el mismo "espíritu de colaboración" que el resto del reparto, según argumentaron los productores de la cinta. El propio intérprete se vio obligado a responder, emitiendo un comunicado en el que manifestaba su tristeza por la decepción que esa decisión había causado a sus fans. La 'afrenta' es, si cabe, mayor por el hecho de que la película sí contará con Robert Downey Jr. otro talento desbordante al que Hollywood consideró un 'apestado' durante sus años de borrachera y drogas. Parece que, en el caso de Norton, los responsables de Los Vengadores vieron un sujeto tan difícil de manejar como el Derek Vinyard al que puso cara en American History X.

Ni sus curvas la salvan

Más sorprendente aún es el tercer gran 'portazo' de los últimos meses en Hollywood. Se lo llevó la curvilínea Megan Fox, entronizada como la sucesora de Angelina Jolie y aupada a los altares por cuanta revista dirigida al público masculino sale a la calle. Pero sus salidas de tono acabaron por hartar a Michael Bay, director acostumbrado a los 'megataquillazos' a base de destruir la Tierra una y mil veces. Poco le importó prescindir de una mujer cuyo rostro y cuerpo congrega, por sí solo, a una avalancha de espectadores desde que apareciera como objeto de deseo de Shia LaBeouf lavando un Chevrolet Camaro. El director de Pearl Harbor ha preferido a Rosie Huntington-Whiteley, una modelo de Victoria's Secret sin experiencia en la gran pantalla, para acompañar al 'niño mimado' de Hollywood en Transformers: The Dark of the Moon, dejando a Fox sin el lucrativo contrato que esperaba. La lengua desatada de la actriz, que comparó al realizador con Hitler por sus modos dictatoriales a la hora de dirigir, fueron la sentencia de Mikaela Banes.

Caso aparte merece Lindsay Lohan. La otrora estrella de Disney continúa envuelta en sus líos legales, entrando y saliendo de centros de rehabilitación y tratando de eludir la cárcel, lo que no favorece que los productores confíen en ella para rodar. Así lo entendió David Michaels, director de The other side, una cinta que contará con Woody Harrelson, Anjelica Huston y Alanis Morissette pero no con la protagonista de Chicas malas precisamente por eso, por ser una chica mala.

Corren tiempos de corrección política y Hollywood no es ajeno a ellos. Salirse del tiesto puede estar bien dentro del mundo de la música, donde cada exceso verbal aupa un poco más a Lady Gaga al altar que ocupaba Madonna. Pero en la meca de los sueños la cosa cambia y se prefiere a intérpretes más dóciles, a rostros que no hayan sido devorados por el ego y la fama. ¿Quién será el próximo en toparse con la señal de prohibido el paso?