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El 'sinpa' de los piquetes

Anecdotario de una huelga que no ha logrado paralizar el país

MADRID Actualizado: Guardar
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Lejos de ver un país paralizado, como pretendían los sindicatos con la convocatoria de huelga general, el día deja mucha normalidad, los inevitables piquetes informativos, algunos tan "informativos" que terminan en incidentes, y las anécdotas.

Como tal 'se vende' el que un piquete informativo haya desayunado 'de gratis' aunque a la propietaria del local, más que una anécdota, le parezca una sinvergonzonería. Ha ocurrido en una de las cafeterías de la estación de Atocha, en Madrid. Los sindicalistas se han tomado su café y han dejado la cuenta para el que llegara después. Sus carteras también estaban de huelga. La camarera ha optado por la resignación en vez de perseguirles para ponerles la cara roja. Para algo parecido a eso estaba la Policía, también en Madrid, que ha ido con sus coches detrás del medio millar de activistas que recorrían el centro en una marcha ciclista a favor del paro general.

¿Y qué ha dicho de la huelga la comunidad china, que abre sus tiendas de sol a sol? Decir, poco, por el hermetismo que caracteriza a sus integrantes. Han decidido actuar con un cierre que huele a pactado. Todas las tiendas del ramo en uno de los mayores polígonos de España, el de Cobo Calleja, en Fuenlabra (Madrid), han amanecido cerradas. Pero había truco porque el trabajo ha seguido de puertas adentro.

La huelga ha sido el tema de conversación en esos ascensores compartidos con los vecinos. Y menos mal, porque del tiempo, ni hablar. Ni siquiera en los medios de comunicación porque la habitual previsión que facilita la Agencia Estatal de Meteorología no ha estado disponible; tampoco en la página web. El anticiclón, las brumas matinales, la nubosidad variable y hasta la marejadilla han secundado una convocatoria que ha dejado sin soles a un mapa del tiempo en paños menores.

Huelga en la barra del bar

Antes de que en este 'veranillo de San Miguel' saliera el sol, el de verdad, el astro que no conoce más huelgas que las que impone el duro invierno, la noche de Granada cerraba antes de tiempo por "orden sindical". Fue ver aparecer a los piquetes informativos y los cierres de los bares se vinieron abajo. Falló un pequeño detalle: los clientes estaban dentro y los bomberos tuvieron que intervenir para reventar las cerraduras. Con la clientela en la calle, alguno decidió que ya había tenido bastante huelga y, resacoso y falto de sueño, puso rumbo a la oficina. Cierre también en la Alhambra de Granada, en este caso, por la ausencia de personal de control e información. Y en la sede de la Comunidad de Madrid, pero sólo momentáneo. Mientras en la puerta se concentraba un piquete informativo e intentaba saltarse el cordón policial al grito de ‘la Espe tiene miedo’.

En vez de gritos, en Barcelona se ha vuelto a escuchar el sonido de un instrumento odiado en más de medio mundo hace sólo dos meses, cuando todo giraba alrededor de una pelota, pero no una pelota cualquiera porque esta tenía nombre: el ‘Jabulani’. Sí, sí, las ‘vuvuzelas’ han reaparecido para disgusto de los empleados de los bancos que hay en la plaza de Cataluña. Las han sufrido muy de cerca porque dos piquetes informativos les daban la bienvenida al ritmo de la dichosa trompetita, aunque en tamaño 'mini'.

Ha sido la banda sonora de una huelga que no ha conseguido parar el país; ni siquiera a golpe de palillo y silicona en las cerraduras. Eso ya ha dejado de ser anécdota… pero no es normal.