El rey del cielo

"No estás solo", cantaba Michael Jackson en uno de sus temas más conocidos -You’re not alone-. Y si a alguien puede aplicársele esa sentencia es al propio 'rey del pop'. Al menos en el cielo, porque en la Tierra, como otros 'juguetes rotos' por la fama, debió sentir el afilado pinchazo de la soledad que se experimenta cuando uno ha alcanzado una cima a la que ningún otro podrá llegar jamás.

El cantante nacido en Gary (Indiana) el 29 de agosto de 1958 falleció en su mansión de Holmby Hills (Los Ángeles) hace exactamente un año, sin que se hayan conseguido aclarar las circunstancias que envolvieron su muerte. Un hecho que ha permitido la proliferación de todo tipo de especulaciones, creando incluso un ejército de teóricos de la conspiración en la línea de ese personaje que interpretaba Mel Gibson en Conspiracy (Richard Donner, 1997). Su deceso forma ya parte de los grandes misterios de las últimas décadas, provocando tantos ríos de tinta como en su día desencadenaron las desapariciones de John F. Kennedy o de ese otro 'rey' que prefería mover la pelvis a ejecutar un paso lunar y que respondía al nombre de Elvis Presley.

Lo único claro sobre este asunto -salvo para los irreductibles que aún son capaces de ver al cantante de Memphis comiendo pollo en cualquier bar de carretera de Estados Unidos- es que 'Jacko' sólo podrá ya maravillar con su prodigiosa voz y sus imposibles pasos de baile en el cielo o en las decenas de vídeos musicales que forman parte de la Historia, con mayúsculas, de la Cultura.

El hombre que tiene las respuestas

Un hombre, Conrad Murray, parece tener en su mano el resto de las claves para desentrañar el enigma de lo que ocurrió aquel 25 de junio de 2009 en que el mundo asistía conmocionado al fallecimiento de uno de los mayores iconos del siglo XX. Murray era el médico personal de Jackson, el último individuo que le vio con vida y, según apuntan numerosos indicios, el que le suministró la fatal combinación de fármacos que impidió el triunfal regreso del intérprete de Thriller en la serie de conciertos que tenía programados para ese verano en el londinense O2 Arena.

Murray argumenta que fue a ver a 'Jacko' tras recibir una llamada de éste en la que le informaba de que se encontraba mal. Al llegar a su casa, lo encontró tendido en la cama, sin respiración y con el pulso muy débil, por lo que trató de reanimarle. Sus esfuerzos, como los del personal del centro médico Ronald Reagan UCLA, al que fue trasladado, fueron baldíos, por lo que a las 2.26 pm se certificaba la muerte del artista. Esa es, al menos, la versión de Murray

El aspecto enfermizo de Michael Jackson había motivado la inquietud de sus fans y de sus familiares en múltiples ocasiones. Entre los múltiples medicamentos que tomaba figuraban desde analgésicos como el Demerol o el Vicodin hasta antidepresivos como el Zoloft, pasando por anestésicos como el propofol. Una sobredosis de este último apagó para siempre su voz. El asunto está en si lo tomó por propia iniciativa o se lo suministró otra persona, supuestamente Murray.

Éste lleva meses bajo los focos de los medios de comunicación y el 23 de agosto se enfrentará a un proceso por homicidio involuntario en un tribunal de Los Ángeles. De momento, sus abogados han conseguido que pueda mantener su licencia para ejercer la medicina, si bien tiene prohibido recetar y administrar anestésicos y calmantes. Esas condiciones se las impuso un juez después de que Murray quedase en libertad condicional tras pagar una fianza de 75.000 dólares.

Todos al ritmo de 'Thriller'

Y mientras Murray se prepara para librar la batalla legal, los seguidores de Jackson se disponen a honrar al cantante en el primer aniversario de su muerte. Aquí, una vez más, el paralelismo con Elvis es inevitable. Si miles de personas peregrinan a Graceland cada 16 de agosto, los 'Jackoadictos' harán lo propio con Neverland, el rancho de Santa Bárbara que el artista adquirió a finales de los ochenta y al que en diversas ocasiones se ha rumoreado que serían trasladados sus restos mortales, que actualmente reposan en el cementerio Forest Lawn de Los Ángeles.

Pero no sólo allí estarán puestas las miradas de los seguidores del intérprete de Billie Jean. Los actos de recuerdo se diseminarán por todo el mundo. Las principales cadenas de televisión estadounidenses han preparado programaciones especiales que incluyen reportajes de investigación sobre su muerte y la emisión de documentales como Michael Jackson: Gon to Soon. Naturalmente, se volverá a emitir This is it, la película que recopila los ensayos del 'rey del pop' para la que iba a ser su última gira y que ha recaudado más de 250 millones de dólares en todo el mundo. Pero el evento central será 'Forever Michael', una gala que tendrá lugar el sábado en el hotel Beverly Hilton de Beverly Hills y a la que acudirán numerosas celebridades amigas de 'Jacko'.

Menos ambiciosos, pero quizás más sentidos, serán los homenajes que miles de imitadores le tributarán bailando al ritmo de Thriller y ejecutando el 'moonwalk', el paso que selló para siempre la carrera de un niño que maravilló al mundo con los Jackson Five, un hombre que conoció la gloria y supo ganarse la devoción de estrellas de la talla de Madonna o Elizabeth Taylor y que fue objeto de escarnio por unas acusaciones de pederastia que le provocaron no pocos quebrantos económicos, minando una imagen que, un año después de su muerte, no hace sino acrecentarse. Quizás haya habido artistas tan grandes como él, pero más grandes…, esa ya es otra cuestión.