recetas contra la crisis

El mayor recorte alemán desde la Segunda Guerra Mundial ahorrá 80.000 millones para «asegurar el futuro del país»

El Ejecutivo descarta un aumento del IRPF u otras cargas impositivas para el ciudadano de a pie

BERLÍN Actualizado: Guardar
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Los gobiernos europeos han tenido que asumir que para salir antes y en mejores condiciones de la crisis son necesarios drásticos recortes. A las medidas anunciadas por el presidente Zapatero en España y las aplicadas por Grecia, en peores condiciones que el resto de socios comunitarios, les van a seguir el Reino Unido y Grecia. En el primer caso se prepara un tijeretazo que compense el "gasto excesivo" del que se acusa ahora al anterior Ejecutivo de Gordon Brown. En el segundo, la canciller Angela Merkel ha anunciado el mas drástico plan de ahorro en la historia de Alemania desde la Segunda Guerra Mundial por valor de 80.000 millones de euros hasta el año 2014.

"Tenemos que asegurar el futuro de nuestro país", ha asegurado Merkel en rueda de prensa al término de las dos jornadas de reunión extraordinaria de su Consejo de Ministros para detallar las medidas de ahorro. Sólo para 2011 se calcula un ahorro presupuestario de más 11.000 millones con recortes relevantes para las carteras de Trabajo y Asuntos Sociales, Infraestructuras y Construcción, así como Defensa, pero no conlleva un aumento del IRPF u otras cargas impositivas para el ciudadano como el IVA.

La canciller alemana ha subrayado que, como se había anunciado anteriormente, no se tocarán los presupuestos destinados a la educación y la investigación, y ha recordado que estos aumentarán en 12.000 millones de euros en la presente legislatura. "Estamos en tiempos duros y difíciles. No nos podemos permitir ya todo aquello que deseamos si queremos diseñar el futuro", ha señalado la canciller, que, pese a la "difícil situación de nuestro país", ha asegurado que se siente "optimista" y convencida de que "lo vamos a conseguir si aplicamos las cosas de esta manera".

En la misma comparecencia, el vicecanciller alemán y titular de Exteriores, Guido Westerwelle, ha explicado que "hemos vivido en los últimos años por encima de nuestras posibilidades" y ha calificado el paquete de ahorro de "ambicioso, amplio y sólido".

Menos funcionarios

El gabinete ministerial a las órdenes de Merkel ha acordado también reducir hasta 2014 en 10.000 el número de funcionarios ministeriales y de otras instituciones federales y suspender el previsto aumento en 2011 de la paga de Navidad.

Merkel y Westerwelle ha subrayado que el paquete aprobado tiene como fin cerrar los huecos del sistema financiero alemán con medidas que afectan al área social, pero también a las empresas e industrias. De hecho, la canciller ha revelado que entre las medidas acordadas figuran la reducción de las subvenciones a la economía, la creación de una tasa ecológica para el tráfico aéreo, un impuesto sobre el combustible nuclear para los consorcios energéticos y nuevas cargas fiscales para los mercados financieros. Como muy tarde en 2012, Alemania pretende introducir un impuesto a las transacciones financieras si no se logra antes un acuerdo que permita imponer una tasa semejante a nivel internacional o europeo. Merkel ve este impuesto como una forma de hacer que los bancos hagan su aporte a los gastos de las crisis financiera.

El Gobierno federal también planea acometer fuertes reformas en las Fuerzas Armadas, entre las que estudia una reducción de 40.000 soldados de los 250.000 militares actuales. Hace apenas tres semanas el Ejecutivo alemán aprobó reducir el servicio militar obligatorio, a partir del 1 de julio, de nueve a seis meses.

Salvadas las diferencias en el Ejecutivo

Entre los partidos del Gobierno había discrepancias acerca de si las subidas fiscales debían ser parte del paquete de ajuste. El Partido Liberal (FDP), socio minoritario de la coalición de gobierno, se oponía a hacer el ajuste a través de alzas de impuestos y consideraba que la fórmula adecuada estaba en hacer recortes a los presupuestos de todas las carteras, especialmente en la de Trabajo y Asuntos Sociales, y en la reducción de subvenciones. Esto es lo que finalmente se ha acordado.

Sin embargo, el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, había expresado sus dudas acerca de que sólo a través del ahorro se pueda lograr el objetivo de llegar a tener un presupuesto equilibrado a más tardar en 2020. Merkel tampoco descartaba subidas de impuestos, muy puntuales, aunque consideraba que el acento debía ponerse en el control del gasto y no en el aumento de los ingresos fiscales.