La normalidad retorna lentamentte a Bangkok. / Efe
violencia en Tailandia

Bangkok comienza a recuperar la normalidad

Las autoridades emprenden una campaña para que la capital recobre la imagen que tenía antes de las protestas de los "camisas rojas"

BANGKOK Actualizado: Guardar
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Bangkok comienza a recuperar hoy cierta normalidad y se enjuaga la herida causada por la violencia desatada a raíz de una profunda fractura social que tiene a Tailandia sumida en una profunda crisis política.

Las autoridades tailandesas emprendieron una campaña para que la capital recobre la imagen que tenía antes de que los "camisas rojas" se atrincherasen en el corazón comercial y seis semanas después fueran desalojados a tiros por los soldados. Decenas de equipos de técnicos de los servicios municipales reparaban la red eléctrica a lo largo de la céntrica avenida Rama IV, donde el vandalismo que siguió al asalto ha dejado su huella en media docena de edificios incendiados. "Mañana abriremos al tráfico las calles", ha señalado el capitán Vinai Kamlaeng, de la policía metropolitana mientras observaba como las máquinas tapaban los socavones causados por las hogueras de pilas de neumáticos tras las que se parapetaron los "camisas rojas".

De las altas empalizadas y barricadas que los partidarios del frente rojo levantaron en los accesos a su campamento de unos tres kilómetros cuadrados de extensión no queda ya ni el menor rastro, y una legión de barrenderos apoyados por chatarreros, recogían las toneladas de basura y utensilios que dejaron atrás. Los soldados desmontaban el escenario desde el que los líderes de la protesta arengaron a sus seguidores y a escasos metros los camiones cisterna de los bomberos lanzaban chorros de agua contra la estructura calcinada del que fuera uno de los más lujosos centros comerciales de Bangkok y el segundo mayor de sudeste de Asia.

Cerrar las heridas emocionales

"Podemos reparar los daños a la infraestructura y los edificios, pero lo importante es cerrar las heridas emocionales y restaurar la unidad del pueblo tailandés", ha indicado el primer ministro, Abhisit Vejjajiva, en un discurso televisado. Las palabras del jefe del Ejecutivo y a su vez líder del Partido Demócrata, han dejado entrever que comparte la generalizada percepción de que el germen de la movilización de los "camisas rojas" es la desatención del medio rural, en el está muy extendido el dicho de que el dinero que su población percibe por la venta del voto, es todo cuanto recibe de la democracia tailandesa.

El veloz crecimiento económico registrado en Tailandia durante la década de 1980 y hasta la mitad de la de 1990, ha transformado el medio rural. Se construyeron carreteras pavimentadas. Llegó la electricidad, el teléfono, la televisión. Las casas de madera dejaron paso a las cemento, y los campesinos aparcaron la bicicleta y se compraron ciclomotores. Pero a medida que su nivel de vida ha subido, también lo ha hecho y de forma estelar e imparable, el de la clase media de Bangkok y sobre todo el de la élite urbana, que dicen domina el país.

División y enemistad social

La violencia que se registró el miércoles y jueves, y que causó 15 muertos y más de 400 heridos, unida a cuatro años de continúa gresca política, han expuesto el fraccionamiento y el rencor que se ha disimulado con la tradicional sonrisa del pueblo tailandés y esa tendencia a encarar los problemas sin acaloramiento. Estos últimos acontecimientos, admiten los tailandeses de a pie, han aumentado la división y enemistad entre las clases sociales que luchan por el poder y también entre los políticos que las manipulan.

En su intervención, Vejjajiva ha admitido que habrá que superar retos colosales para corregir esa división, que requiere hacer una reforma social y económica. Para conseguir eso objetivo, ha propuesto empezar ya la tarea mediante la puesta en marcha del plan de reconciliación expuesto antes a los "camisas rojas" con la finalidad de que pusieran fin a la protesta.

"El plan se basa en el principio de la participación, democracia y justicia", ha señalado el gobernante. El gobierno ha reiterado del mismo la oferta de celebrar elecciones anticipadas el 14 de noviembre después de que los líderes del frente rojo, la mayoría de ellos ahora detenidos y sin aparente capacidad para negociar, decidieran continuar con la protesta.