Pedrito se ha estrenado en el Bernabéu con un gol.
FÚTBOL | PRIMERA división

El Barça se lleva el clásico del respeto

El equipo de Guardiola ha superado al Real Madrid cuando ha encontrado hueco a la espalda de la defensa local para Messi y Pedrito | El Madrid pierde el liderato y la iniciativa en la Liga

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El Real Madrid y el FC Barcelona han llegado al duelo del Santiago Bernabéu con la intención de dar un golpe anímico y de clasificación a su contrario, pero con el rival tan estudiado que el devenir del encuentro se ha encosertado durante los noventa minutos. Miedo a perder, espera al fallo del contrario o excesivos miramientos han definido un encuentro que se presumía espectacular, al menos en emoción, pero que se ha cerrado con sospechosa placidez para un Madrid que debería haber asumido un rol de aspirante a campeón.

La sorpresa inicial ha sido la incorporación de Alves en el extremo derecho, pero el mayor descubrimiento ha consistido en la actitud del Real Madrid con su repliegue en su campo para intentar aprovechar alguna de sus balas en un contragolpe. Así, los primeros minutos han supuesto un asedio suave del Barça sobre la portería de Casillas en espera de un hueco para entrar al área. Mientras los de Guardiola oteaban al horizonte, todos los de Pellegrini se cerraban con maniática concentración con una defensa sin concesiones, sin escape para la virguería blaugrana y con la apuesta del contragolpe.

Ante la táctica local, el Barça ha tardado poco en rehacer sus equemas y desperezarse, Pedrito se ha quitado sus nervios iniciales y tanto Albiol como Garay han emprezado a temblar ante la llegada del temido Messi. Precisamente ha sido el rosarino el primero en descubrir que la espalda de la defensa blanca era su bicoca y sólo un derribo de Albiol no señalado por Mejuto ha impedido su primer disparo a potería.

No obstante, el partido durante la primera media hora ha correspondido a la puesta en escena de dos clubes que se han respetado demasiado por su trayectoria y por sus números en una suerte de veneración y hasta huida de los lugares de peligro. Ahí, ha surgido el genio, el de Xavi y Messi, quienes han hallado en una combinación al primer toque la espalda de los centrales del Madrid para anotar el primer gol por medio del menudo delantero argentino. Había sido la primera vez que el Barça remataba a puerta -a pesar de su 60% de posesión del balón- ante un rival que tampoco ha mejorado esas estadísticas en la primera mitad.

Cambio de táctica madridista, idéntico resultado

Para la segunda parte el Real Madrid tenía que cambiar de cara, descubrir a sus aficionados que podía enfrentarse al Barça y proclamarse candidato al título con rotundidad. Han adelantado líneas y se han atrevido a discutir el balón con el Barcelona, pero Gago y Xabi han continuado ausentes. Notables en el trabajo de orden, pero nulos en el de la organización de ataques, ambos centrocampistas han terminado por convertirse en cómplices de la superioridad visitante.

Entonces ha caído el mazazo para el Madrid. Pedrito ha vuelto a escaparse por detrás de la línea enemiga (en este caso de Arbeloa) y la precisión de Xavi ha propiciado el final deseado. El canario se ha plantado ante Casillas para anotar el segundo gol y la puñalada directa al corazón de su rival.

Ante la eventualidad, Pellegrini ha vuelto a cambiar de plan porque la situación lo exigía. La entrada de Guti por el hoy enrevesado Marcelo ha funcionado en la primera jugada porque el mediapunta ha servido a Van der Vaart un cara a cara con Valdés. Pero una vez ganado por el guardameta el uno contra uno el de Torrejón no ha vuelto a aparecer.

El Barça ha tratado de apuntalar la victoria con más pólvora al incorporar a Iniesta en lugar de Maxwell, pero ya no tenía la ambición y fluidez de otros partidos. Es más, los últimos veinte minutos han servido al Madrid para apelar al coraje, al corazón que en otras ocasiones le has sacado del atolladero. Evidentemente, no ha resultado útil contra un rival bien hecho y aposentado que le ha cerrado todas las posibilidades. De hecho, Casillas ha tenido que aparecer para evitar dos nuevos tantos de Messi, quien a pesar de no haber alcanzado su excelencia ha enseñado sus capacidades para resolver en los momentos adecuados.

Con este resultado el Madrid pierde el liderato y puede entrar en depresión porque no ha sabido hacer frente al Barça con ninguna de sus diferentes estrategias (ni la defensa y los contragolpes iniciales, ni el balón largo para superar el centro del campo, ni el ímpetu y la fogosidad de sus remontadas ante equipos menores). En cambio, el conjunto de Guardiola se marcha del Bernabéu con su sello marcado en el Bernabéu y con la satisfacción de haber sumado cuatro victorias consecutivas contra su máximo rival con once goles a favor y dos en contra. Además, el Madrid tiene que esperar que sea otro equipo el que tumbe al Barcelona si quiere conquistar la Liga. Será otro nuevo acto de fe.