La jefa del nuevo Gobierno kirguí, Rosa Otunbayeva, y el viceprimer ministro para la Reforma Constitucional, Omurbek Tekebayev hablan con periodistas durante una rueda de prensa de la coalición opositora en Bishkek./ Efe
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El derrocado presidente de Kirguistán se niega a dimitir mientras el Gobierno golpista se afianza en el poder

La líder opositora, Rosa Otunbayeva, ha asumido las riendas del Gobierno durante seis meses

BISHKEK Actualizado: Guardar
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Después de dos días de enfrentamientos en todo el país, las fuerzas opositoras kirguises han disuelto el Parlamento y han constituido un nuevo Gobierno interino encargado de elaborar una nueva Constitución y convocar elecciones. Mientras que el derrocado mandatario Kurmanbek Bakiyev se niega a dimitir y recompone sus fuerzas para tomar de nuevo el poder, la autoproclamada nueva presidenta, Roza Otunbayeva, afianza posiciones y asegura que sus Fuerzas controlan ya la casi totalidad del país.

"Anuncio que, como presidente, no he renunciado, ni renunciaré a mis facultades", ha declarado Bakiyev, refugiado desde anoche en el sur de ese país centroasiático tras el estallido de violentos disturbios en la capital. El depuesto presidente, que ha reconocido "no puede influir en la situación en la República", ha llamado a la comunidad mundial "a que presten la mayor de las atenciones a la crítica situación" que vive Kirguistán.

"Lamentablemente, a pesar de que el Ejército y las fuerzas del orden se han subordinado a las nuevas autoridades, los cuerpos de seguridad son incapaces de restablecer el orden", ha subrayado el mandatario convencido de que "el país, en el que el poder es tomado mediante derramamiento de sangre, puede perder su soberanía".

Mientras, la ONU ha pedido la vuelta al orden constitucional y no ha reconocido al Gobierno formado por la oposición tras la revuelta popular. Por contra, Rusia sí ha reconocido el resultado, según ha comunicado la líder de la oposición, Roza Otunbayeva.

Apoyo de Rusia

En una conversación telefónica con el primer ministro ruso, Vladimir Putin, la dirigente ha defendido que "el presidente trata de consolidar al electorado en el sur para continuar defendiendo su posición. Pero la oposición insiste en que abandone el poder". "Su tarea ha concluido". "Las personas que murieron ayer son víctimas de su régimen", ha aseverado.

Consciente de la "complicada situación del país", Putin ha expresado la disposición de su país a "prestar la necesaria ayuda humanitaria" al pueblo kirguís y al Ejecutivo interino, al mismo tiempo que ha llamado a Otunbayeva a no permitir el estallido de la violencia, que se ha cobrado ya la vida de al menos 75 personas y que deja más de mil heridos. Por su parte, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, ha llamado desde Praga al Gobierno de confianza popular y a las autoridades derrocadas al "diálogo pacífico" con el fin de evitar un nuevo derramamiento de sangre.

La gestión de Bakiyev ha sido muy criticada por el propio sector que lo aupó a la Presidencia en 2005 y que dos años más tarde movilizó a los ciudadanos en su contra para reclamarle una nueva Constitución reformista. Tres años después, miles de ciudadanos volvieron a las calles para acusar al presidente de nepotismo, corrupción, altos índices de desempleo y drástico aumento de los servicios públicos en tiempos de crisis en el país más pobre de Asia Central.