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Manifestantes acusan a la Policía en una protesta por la muerte a tiros de Vonderrit Myers. :: REUTERS
MUNDO

Otro crimen racial enciende Missouri

Un policía fuera de servicio mata de 17 disparos a un joven negro de 18 años

MERCEDES GALLEGO CORRESPONSAL
NU EVA YORK.Actualizado:

Lo último que Saint Louis (Missouri) necesitaba era otro negro acribillado a tiros por un policía. Las pancartas de «¡Manos arriba. No disparen! y «Abajo la militarización policial» ya estaban listas. Los manifestantes tardaron pocas horas en salir a la calle en cuanto se supo que Vonderrit Myers, de 18 años de edad, había muerto de nada menos que 17 disparos. Y según su madre, que se desmayó en la escena, lo único que llevaba en la mano era el sandwich que salió a comprar. Su verdugo, sin embargo, sostiene que era una pistola de 9 mm con la que le disparó tres veces.

La conexión con la muerte de Michael Brown, el joven de color abatido en Ferguson, en agosto, estaba servida. Pero por si alguien no la había hecho, cualquiera de los manifestantes la establecía. La madre de la víctima vinculó el crimen cuando Associated Press le preguntó por la pistola que llevaba: «La Policía miente. Ya lo hizo con Michael Brown».

Myers no era Brown, ni el policía de 32 años que le mató era igual que el de Ferguson. El joven de 18 años «no era un desconocido para las fuerzas del orden», se apresuró a decir el jefe de policía de Saint Louis, coronel Sam Dotson. Se refería al brazalete de seguridad que llevaba en el tobillo desde que salió bajo fianza en julio pasado, y con el que se vigilaban cada uno de sus pasos. Ninguno se había salido de lo permitido. Myers había dicho a su familia que bajaba a comprar un sandwich a la tienda. Fue cerca de ésta donde el agente, que no estaba de servicio, sino pluriempleado para una empresa de seguridad privada, confundió su papel de noche con el de día. Vestido con el uniforme del cuerpo al que no estaba sirviendo en ese momento, vio a tres chicos de color en la calle y decidió que tenían «aspecto sospechoso». Cuando dio media vuelta al coche para ir a interrogarlos, echaron a correr, lo que le bastó para concluir que andaban en algo ilegal, por lo que decidió perseguirlos. Al principio en su vehículo, luego a pie. Hasta que, según la versión policial, uno de ellos se enfrentó a él físicamente.

«El sospechoso le apuntó con el arma y disparó al menos tres veces contra el policía», dijo el sheriff. «Creemos que eso es cierto porque se han recuperado tres proyectiles con trayectorias en la dirección del agente, cuesta abajo, y una pieza balística detrás del agente. En ese momento, el agente devolvió el fuego».

Antecedentes penales

Dotson dice que al joven se le encasquilló el arma, ventaja que el agente fuera de servicio aprovechó para seguir apretando su gatillo hasta 17 veces, sin que se sepa cuántos de esos disparon penetraron el cuerpo de Myers. El joven estaba citado ante el juez para el mes que viene por un incidente ocurrido en enero, cuando salió corriendo de un coche accidentado al que perseguía la Policía y tiró un arma a la alcantarilla, que luego fue recuperada. Tenía que responder por la posesión de ésta y por resistirse a la detención.

Desde ayer es el tercer afroamericano que mata la Policía en Saint Louis luego de que acabase con la vida de Brown el 9 de agosto. Kajieme Powers, de 25 años, se atrevió a desafiarlos con una navaja al grito de «Y ahora disparad», cosa que hicieron. Mientras que el mes pasado otro hombre de 42 años les apuntó con un rifle después de chocar contra sus patrullas.

Myers sólo tenía un sandwich en la mano, según su madre, pero murió en vísperas de un fin de semana de resistencia civil programado para este fin de semana. Y mientras las autoridades de Missouri activan su Centro de Operaciones de Emergencia y los blancos de Saint Louis agotan los arsenales de armas con las que pretenden defenderse, los activistas de derechos humanos tienen un mensaje para quienes acudan a las protestas. «No vengas a Ferguson si no estás listo para morir», advirtió el rapero y activista Tef Poe.