Melilla

Los toros vuelven a la 'Mezquita del Toreo', la única plaza activa de África

Este año contará con un festejo mixto, una corrida de toros y la ya tradicional capea popular con suelta de vaquillas

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La plaza de toros de Melilla, conocida como la 'Mezquita del Toreo', volverá a abrir sus puertas como cada año durante unos días de septiembre, por lo que seguirá siendo el único coso en activo de todo el continente africano.

Coincidiendo con las fiestas patronales de la ciudad, que se celebran en honor de la Virgen de la Victoria, Melilla vive su particular feria taurina, que este año contará con un festejo mixto y una corrida de toros, además de la ya tradicional capea popular, con suelta de vaquillas incluida.

El rejoneador Manuel Manzanares y los novilleros Francisco José Espada y David de Miranda harán el primer paseíllo el día 3 de septiembre, casi un año después de la última corrida de toros lidiada en esta plaza, para enfrentarse a astados de la ganadería de Javier Molina.

Un día más tarde, el 4, Miguel Abellán y Matías Tejela compartirán cartel con el gran triunfador del año pasado, David Fandila "El Fandi", quien incluyó su nombre en la historia de la tauromaquia melillense, al indultar a "Miraclaro", un hecho que no se había producido antes.

Sin embargo, una normativa sanitaria europea impidió que este ejemplar pudiera regresar a la finca de Ignacio González Sánchez-Dalp, y fue finalmente sacrificado.

No obstante, el premio para esta ganadería será el de volver a ser lidiada en la "Mezquita del Toreo", que sigue haciendo historia 67 años después de ser inaugurada. El año de su apertura, 1947, estuvo marcado por la muerte de Manolete, anunciado en el cartel inaugural. Más tarde, en 1984, Francisco Rivera "Paquirri" cortaría el último rabo de su carrera antes de su muerte en Pozoblanco.

Tras el "cierre" de las plazas marroquíes de Tánger y Tetuán, y de la argelina de Orán, la de Melilla es la única en África que sigue albergando festejos taurinos, pocos para los amantes de la llamada fiesta nacional, demasiados para sus detractores.