OBLIGACIÓN Y REALIDAD

Domingo de Resurrección en el estadio Ramón de Carranza. El Cádiz recibe esta mañana en su feudo al Albacete, uno de los equipos con más empaque de este Grupo IV de la Segunda División B, y lo hace sin todavía haber definido el equipo, a falta de ocho jornadas para el final del campeonato regular. Todavía no sabe con certeza si este partido lo va a pelear por alejarse del descenso o, por el contrario, para acercarse a los puestos de ‘play off’ de ascenso a la Liga Adelante. La lógica marca que un equipo como el Cádiz tiene que mirar indudablemente hacia arriba en la tabla clasificatoria. Este escudo, esta camiseta no merecen otra cosa en esta categoría que no sea el ascenso. Pero esa palabra mágica, ASCENSO, necesita de una serie de requisitos que no se han cumplido desde el principio de la presente temporada. A saber, una buena planificación para la confección de la plantilla, un buen entrenador con experiencia en la categoría y una regularidad máxima que te permita estar todo el año en los puestos altos de la clasificación. Y nada, ninguno de todos esos requisitos hemos cumplido durante toda la temporada. Y ya estamos en la recta final. Visto lo visto durante el presente ejercicio liguero, mi opinión es que de momento vamos a ganar el partido de hoy ante los manchegos, vamos a darle una alegría a nuestra sufrida afición, vamos a cerrar la permanencia en la categoría y, una vez conseguido todo esto, veremos las jornadas que nos sobran para intentar la machada y alcanzar cotas que en estos momentos parecen imposibles de lograr. Ahora mismo se me vienen a la mente los partidos de la primera vuelta de la competición, y sólo acierto a decir... ¡qué pena de temporada que hemos desperdiciado!