«Vinimos a Alemania a mejorar nuestra calidad de vida»

No hubo un único motivo que llevara a Borja y Teresa a marcharse a Alemania, hace casi un año. Y seguro que nunca se les pudo pasar por la cabeza que tendrían allí a su segundo hijo. Más bien, lo que les llevo a tomar su decisión, fue un cúmulo de pequeñas circunstancias que tampoco reunían una gran razón de peso.

«Principalmente nuestro mayor afán fue mejorar nuestra calidad de vida familiar e incrementar así nuestro tiempo juntos, para ello el modelo alemán era uno de los que pensamos más acertados». Fue así como Borja Ramos, Teresa Arroyo y su hija Andrea, cambiaron su residencia en Chipiona, por otro pueblecito al sur de Baviera, muy cerca de la frontera con Austria. «Nuestra experiencia, aunque no fácil, está siendo más que positiva, aprendiendo un idioma desde cero. Nuestra hija ya habla un perfecto alemán con lo cual ya hemos cumplido otro de nuestros objetivos. Mi marido ya ha tenido dos grandes experiencias laborales que le han aportado mucho. Actualmente es jefe de cocina en un céntrico restaurante de Garmisch-Partenkirchen y yo comienzo a despegar junto con una nueva maternidad en mis andanzas como artista. Reunimos un montón de proyectos en común que trataremos de ir desarrollando en este país».

Hoy por hoy no tienen fecha de retorno. «Porque no pensamos en planes, sólo en continuar lo que la vida parece ser que nos va marcando y por el momento no nos va mal». Aunque eso no les quita la añoranza de España. «Nuestra gastronomía, nuestro clima y nuestra forma de entender la vida junto con muchas otras cosas nos hace ser de un lugar especial, que tratamos por otro lado de contagiar a toda esta gente».