ENTREVISTA

«¿Co-soberanía? ¡Por encima de mi cadáver!»

El laborista Fabian Picardo inicia su mandato como ministro principal de Gibraltar con un rebrote de los viejos problemas

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Cerca de cumplir los primeros cien días de mandato, el nuevo 'premier' gibraltareño se encuentra sobre la mesa un buen montón de problemas, algunos reabiertos y otros nuevos. En su despacho de Convent Place, la antigua residencia del gobernador que tiene un curioso estilo colonial, muy 'british', Fabian Picardo no abandona el sentido del humor ni la franqueza a la hora de afrontar la entrevista.

-Con usted el laborismo vuelve al poder, tras los 15 años del mandato 'tory' de Peter Caruana ¿Qué cambio supone?

--Antes que nada, un cambio de actitud. Creo que el gobierno es del ciudadano y no de quien tiene la mayoría en la cámara. El dueño de las arcas municipales, nacionales, (rectifica) y del ejecutivo es quien nos pone aquí, que es el pueblo. Por eso manejamos abiertamente la información del Gobierno, para que el ciudadano sepa, sin menoscabo de la confidencialidad de los temas más sensibles. Lo que más se ha apreciado desde el 9 de diciembre, cuando formamos gobierno es que hemos abierto las puertas de Convent Place, la sede oficial, para que entre la luz y la gente sepa lo que pasa. Ese cambio de actitud ha marcado la diferencia. Nos sometemos a sesiones de control parlamentarios todos los meses, no dos veces al año, como el anterior gobierno.

- ¿Y en las relaciones con España, que es el tema que me ha traído hasta aquí?

-Países vecinos, miembros de la CE, de la OTAN deben ser siempre amigos y aliados. Mi actitud es pedir amistad, entendimiento, cooperación para que la gente sienta normalidad en las relaciones, a ambos lados de la frontera. Intento que sea así, aunque defiendo los puntos de vista de mi gobierno, mi partido y mi pueblo sobre la soberanía, etc.

-Pero las cosas se le están complicando.

-Parece que las quiere complicar alguna gente.

-Primero cae el Foro Tripartito ¿Cree que es recuperable?

-Que hay tres partes lo reconoció España y el Reino Unido. Gibraltar es una parte distinta. Esa es la vía para el diálogo constructivo en el futuro. Pienso yo, más que nadie en Londres o Madrid, que la gente de esta zona es la que tiene que llevar la voz cantante en la relación con España. Somos los que nos tenemos que entender, y la verdad es que lo hacemos bastante bien, a nivel humano y político. Sería una gran pena que no intentemos de nuevo recuperar el Foro Tripartito.

-Y ha vuelto con conflicto por las aguas territoriales.

-Es un conflicto, como usted lo llama, que siempre saca la cabeza. Todos los gobiernos han tenido el litigio actual, desde la postguerra, porque entran buques españoles o de la Guardia Civil en nuestras aguas y parece que intentan provocarnos y tiene que salir la Royal Navy de nuevo e insistir en que son aguas británicas. Desde mi punto de vista es una gran pena, porque hay una labor muy importante que hacer en parar al narcotraficante o al traficante de personas, al que intenta faenar contra las leyes de Gibraltar, diseñadas para proteger el medio ambiente. Sé que tenemos estos temas en común con España, que también intenta proteger sus caladeros y tener su policía o guardia civil para detener al traficante. Las policías de los dos lados de la frontera deben trabajar juntos, más allá de los gobiernos.

- ¿Qué le pareció la foto del alcalde de Algeciras en una traíña, frente al Peñón?

-Muy simpática. José Ignacio, el señor Landaluce, vino a verme dos días después y él y yo vimos cómo desenlazar este tema. Hay una mesa donde se verán las cofradías y los técnicos de medio ambiente de Gibraltar para que comprendan las normas y operen aquí dentro de la ley. Nosotros prohibimos unos tipos de pesca, no todos, los mismos que prohíbe España. (La reunión se celebró el pasado lunes, después de la entrevista, pero el problema persiste).

-Entre una cosa y otra parece que vuelve el reloj atrás, los mismos temas otra vez...

-Desafortunadamente, estos temas surgen una vez al mes. Estoy ofreciendo la posibilidad de hablar de otras cosas, de cooperación, de amistad, de llevar adelante esta zona de manera positiva para la gente, para el comercio, que podamos usar el motor económico de Gibraltar para el bien de todos los que viven a un lado y otro de la frontera.

-¿Qué fue de los avances de la etapa anterior? ¿el uso conjunto del aeropuerto, la línea marítima con Algeciras, el Instituto Cervantes?

-El señor Caruana nos dijo que no había un acuerdo de uso conjunto, el texto habla de uso compartido. El aeropuerto se ha construido con un gran coste para el contribuyente gibraltareño, que se nos dijo que costaría 24 millones de libras y ya va por casi 80 millones. Hemos cumplido nuestra parte, pero había otros temas, como la ruta del avión, que podría sobrevolar Algeciras y no tener que dar la vuelta por la Bahía de Gibraltar, de una forma bastante dificultosa, y no se cumple. Hay acuerdos que afectan a la fluidez de la frontera, que tampoco: España tiene la posibilidad de crear más carriles verdes para sacar allí al vehículo que va a registrar, y sin embargo no ocurre... No creo que haya ninguna parte de los acuerdos de Córdoba, con los que nosotros en la oposición no estábamos enteramente a favor, que Gibraltar haya incumplido, pero España sí tiene algunos por cumplir. Seguimos en la labor de avanzar en el Foro Tripartito para conseguir el entendimiento.

-Fue con un gobierno del PP, con Piqué como ministro cuando se habló de co-soberanía. ¿Espera que vuelva a plantearse en esos términos la relación con España?

-En inglés hay una frase que se traduce de esta manera 'sobre mi cuerpo muerto'.

-O sea, por encima de mi cadáver.

-Sí (ríe). Mientras yo esté en el cargo no se hablará por parte del Gobierno de Gibraltar de un estatus que pueda diluir un ápice la soberanía de la Corona británica, para nada, ni de oportunidades como la de Andorra, como hablaba mi antecesor, ni co-soberanía ni nada. Los gibraltareños estamos con la Corona británica y de ahí no me muevo yo.

-¿No le cansa? Llevamos ya tantas generaciones hablado del tema...

-Sí, me canso de escucharles a ustedes, siempre con lo mismo, cuando yo tengo ganas de hablar de amistad, pero no porque me canse me voy a rendir.

-Entre las cosas que están volviendo se encuentra también el contrabando de tabaco en la frontera.

-Yo no creo que el tabaco vuelva, ha sido constante. Gibraltar vende tabaco lícitamente y hay gente, de Gibraltar, de España, de otros países, que parece que tiene una actividad ilícita en relación al tabaco, no sólo aquí, el contrabando es casi insignificante comparado con los volúmenes desde Canarias, en Galicia... ¿Que ocurren estas cosas? Siempre lo harán en zonas fronterizas. Si nos estuviéramos llevando mejor habría más maneras de tratar estas cosas, puede ser. Pero hoy por hoy, lo que hay es lo mismo que en los últimos 30 años. El Gobierno de Gibraltar no promueve eso. Al contrario, seremos el primer gabinete que prohibiremos fumar en zonas públicas cerradas. Intentamos que la gente fume menos.

-¿Y el paso de trabajadores españoles?

-No hay reticencias a que venga gente a trabajar aquí, sea de la nacionalidad que sea. Hay más trabajo que gibraltareños que puedan desempeñarlo. El Gobierno anterior acabó todos sus proyectos antes de las elecciones, para intentar ganar más votos, y ahora nosotros intentamos estimular la economía con nuestros nuevos proyectos, y cuando se cubran los puestos con los residentes en Gibraltar, entre los que incluyo a los españoles, habrá trabajo para quienes vengan de los países vecinos, al sur y al norte. Hay 7.500 personas que cruzan la frontera todos los días para desempeñar su labor en Gibraltar, sólo 250 menos que cuando llegamos al Gobierno, los empleados en los proyectos de la construcción que se terminaron a toda prisa. Para mí, que seamos un modelo económico que trae trabajo a esta zona y más allá, es una cosa muy positiva que demuestra la importancia que Gibraltar tiene y podría tener si tuviéramos la oportunidad de cooperar libremente con los demás.

-¿Foco de lavado de dinero, de sociedades fantasmas, nido de piratas? No puede negar que las reticencias en este sentido hacia el Peñón se mantienen.

-Hay un discurso político embustero que dice eso, pero la realidad no es así. Gibraltar tiene acuerdos de intercambio de información y cooperación fiscal con todos los países importantes del mundo, incluido Alemania, Francia y EE.UU. Estamos en la lista blanca de la OCDE, solo estamos en la lista negra de la gente que quiere usurparnos nuestra nación. Yo lo que le digo es que vengan aquí y encuentren un pirata, porque yo iré a su capital y encontraré mil. Piratas, chorizos, hay en todo el mundo, en Londres, Francfort, Nueva York, en Madrid, en Lisboa. No meto la mano en el fuego que no los haya aquí, pero nada de lo que hace el Gobierno de Gibraltar facilita eso. Nuestra labor es asegurar que este es uno de los centros financieros más respetados del mundo. Como a España le gusta darnos latigazos con el tema, estamos siempre más blancos que los blancos.

-Bueno, también hay nuevos conflictos, por ser justos: Un último frente abierto es el inventario de objetos de Odyssey que reclama el Gobierno español.

-Mi Gobierno no tiene vela en ese entierro. Lo único que hace es asegurarse que el Estado de Derecho es respetado por todas las partes en litigio y si hay un dictamen de otro país se lleve a cabo ajustado a las leyes de Gibraltar, que en algunos casos requieren que se registre ese dictamen en el Tribunal Supremo del Peñón, que puede conllevar diferentes niveles de análisis por los jueces. Los objetos que hay están disponibles para la persona que tenga derecho a ellos. Sabemos que hay un litigio pendiente, que lo han planteado familias de los descendientes de quienes tenían cierta carga a bordo de la Mercedes, pero el Gobierno de Gibraltar no intentará nunca intervenir en un tema que no le concierne, para afectar a los derechos de Odyssey, del Reino de España o de quienes dicen tener derechos sobre esa carga. Nos mantenemos al margen. Cumpliremos la ley internacional y nos portaremos como un Estado que busca la amistad del Estado vecino.

-¿Cómo queda la importancia geoestratégica de Gibraltar con el nuevo escudo antimisiles de Rota?

-Reforzada, como siempre. EE.UU. sabe que Gibraltar siempre será su aliado, sea cual sea el color político del Gobierno que tenga. Somos parte de la arquitectura de defensa del Reino Unido para aportar en la defensa de la democracia occidental. Si hay escudo cerca de Gibraltar, pues muy bien. Espero que no intenten ustedes dejarnos fuera ¿no?

-¿Va mucho por España? ¿qué le gusta, qué frecuenta?

-No me puede negar los placeres de El Puerto de Santa María, Cádiz misma, una ciudad que conozco y que me encanta, de Sevilla, que es una de las capitales del mundo, y de la Costa del Sol. A mí, como a tantos gibraltareños, nos encanta en verano, en invierno, otoño, primavera. Soy muy de casa y cuando busco ocio lo hago aquí, cerca, no solamente en Londres.