PSICOLOGÍA

Abdominales para la mente

Nace el primer gimnasio psicológico de España. De la mano del Instituto Europeo de Psicología Positiva, está dirigido a mejorar el bienestar personal mediante el ejercicio de las fortalezas mentales y el cultivo de las emociones positivas

MADRID Actualizado: Guardar
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Quemamos horas y horas moldeando la figura y fortaleciendo los músculos. Vivimos desde hace años pendientes de nuestro cuerpo y sus proporciones, entregados al reto de vernos y sobre todo al de que los demás nos vean lo mejor posible. En ocasiones, hasta lo obsesivo y enfermizo. Y mientras tanto: ¿Qué sucede con nuestra mente? En la mayoría de las ocasiones, la abandonamos. Nos olvidamos de ella hasta que reclama asistencia urgente en forma de trastorno emocional o psicológico grave cuando ya puede ser demasiado tarde.

La psique humana también necesita atención y entrenamiento. Como los bíceps o los glúteos. El Instituto Europeo de Psicología Positiva lo tiene claro y, por eso, acaba de poner en marcha el primer gimnasio psicológico, una iniciativa pionera en España que, en apenas un mes, ha encontrado ya favorable respuesta entre los madrileños. Tiene su sede en Valdemoro y dirige el programa el psicólogo Carlos Muñoz: «El gimnasio psicológico se basa en la Psicología Positiva, una corriente que nació hace unos diez años en EE UU de manos de los especialistas Martin Seligman y Park Peterson. Ambos son los creadores del Inventario de Fortalezas (VIA), según el cual todo ser humano cuenta con 24 fortalezas, aunque cada uno las tiene en proporciones diferentes. Cada persona dispone de fortalezas más potentes y más débiles, y estas son las que hay que mejorar. El objetivo es generar emociones positivas. Está demostrado que el 80% de los pensamientos de un ser humano a lo largo de un día son negativos. Y un solo pensamiento positivo tiene la capacidad de eliminar decenas de pensamientos negativos».

Busca tu fortaleza

Por ello, el primer curso del gimnasio psicológico es el ‘taller personal de fortalezas’, desarrollado en 24 sesiones de hora y cuarto cada semana y durante seis meses. Después vendrán otros.

«Ya estamos trabajando para que a partir de septiembre comiencen otros talleres de niveles superiores, además de continuar con el de las fortalezas. Para hacernos una idea, esto es como un gimnasio tradicional. Cuando comienzas a realizar ejercicios de musculación lo haces con poco peso y desde el nivel más bajo. Aquí es lo mismo. La fortaleza son los cimientos, la base donde se apoya la estructura de la teoría de la psicología positiva. A partir de ahí, hay mucho que mejorar, crecer y avanzar. Se trata de hacer pesas con optimismo y abdominales con la creatividad», explica Muñoz, especialista en Psicología Positiva.

Los resultados de esta iniciativa única se esperan con impaciencia. «No hemos encontrado nadie hasta la fecha que haya realizado un trabajo similar y que además lo haya documentado. Desde el punto de vista científico, nosotros vamos a realizar una medición previa a la intervención. Es decir, los alumnos del gimnasio, antes de comenzar, realizarán unos test que valorarán su optimismo, su satisfacción con la vida o, como se denomina en esta especialidad, su índice de felicidad general.

Evaluación continua

Al terminar las 24 sesiones dentro de seis meses, se les volverán a realizar otros test posteriores a la intervención para evaluarle de nuevo y conocer de primera mano la mejora sufrida. No sabemos en qué proporción, pero pensamos que todos podrían experimentar una mejora en su percepción subjetiva del bienestar. Y esto significaría que el programa es eficaz».

Carlos Muñoz advierte también que la duración de este programa y la implantación de hábitos constituyen otras originalidades del gimnasio psicológico: «Como cada persona trabaja durante hora y cuarto todas las semanas, sus fortalezas está consolidando un hábito. Lo que hasta ahora había y ha existido son talleres parecidos, pero de un fin de semana de duración o de unas horas, y luego la persona tenía que seguir por su cuenta. Este tipo de programa no es el más adecuado para implantar hábitos y consolidar lo aprendido. Nosotros pretendemos asentar el hábito del trabajo psicológico y buscar las actitudes positivas».

El primer paso para ello es conocerse mejor y saber sortear positivamente las diferentes situaciones a las que el individuo ha de enfrentarse. Como subraya el impulsor del programa, «todas las personas tienen las 24 fortalezas, pero nosotros intentamos que las potencien al máximo. Imagínate que una persona es muy modesta, muy humilde; pero en un ámbito determinado en su vida profesional o familiar tiene que liderar una situación y ponerse al frente de ella tomando decisiones relevantes. Entonces, es bueno que esa persona conozca que tiene capacidad de liderazgo aunque no sea una de sus fortalezas más potentes, que la tiene y que la puede potenciar y desarrollar».

Los requisitos para poder inscribirse en el gimnasio psicológico son fáciles de cumplir. Basta ser adulto y no sufrir ninguna patología que impida trabajar en equipo. Las clases se imparten en grupos de 10 a 12 personas. El coste es de 49 euros al mes, aunque existe una oferta de lanzamiento que rebaja la tarifa a 39 euros. Hasta la fecha, las mujeres parecen más preocupadas que los hombres en poner a punto su mente con ejercicios específicos que propone este centro. El dato es revelador en este sentido: suponen hasta el 70% de los matriculados. «Por alguna razón están más interesadas en conocerse emocionalmente. El mundo masculino es más escéptico a la emoción», asegura Carlos.

Irene, concejal de 44 años en un pueblo de Madrid, es una de las alumnas de este centro. Y cada semana está más satisfecha de haberse apuntado. «Creo que es bueno de vez en cuando pararse y pensar si nos estamos cuidando por dentro o no. Hay un montón de cosas dentro de nosotros que sabemos que están y hay otras que desconocemos y que tenemos que potenciar para poder tener una vida más saludable mentalmente. La búsqueda de la felicidad debe ser obligatoria cada día de tu vida. Gano yo y ganamos todos».