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Back in Business despedirá a más de la mitad de la plantilla de las bodegas que conserva en el marco de Jerez

Aseguran que para que haya posibilidades de continuidad «hay que tomar decisiones rápidas, duras y eficientes»

Jerez Actualizado: Guardar
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Después de que José María Ruiz-Mateos se quejara amargamente ante los medios de comunicación ante lo que considera un linchamiento por parte de la justicia en el que «han robado a Rumasa por segunda vez», los dirigentes de Back in Business se han encargado de confirmar los malos augurios que se cernían sobre las cuatro bodegas que mantenían en el marco de Jerez. Fernando Lavernia, director de la división de Alimentación y Bebidas del Grupo Nuevo Rumasa, ha sido el encargado de anunciar que pretenden despedir al 54% de la plantilla de las bodegas Garvey, Zoilo, Teresa Rivero y Valdivia para crear un nuevo centro de producción, ya que las bodegas están «completamente descapitalizadas». Lo ha hecho acompañado del abogado del grupo, Álvaro Garrido, y con el respaldo de los administradores concursales y la juez Orellana.

Los gestores de Back in Business mantienen que es el ajuste «obligado» por la situación, ya que el elevado pasivo condiciona la ejecución del plan de viabilidad para 2013. Aseguran que para que haya posibilidades de continuidad «hay que tomar decisiones rápidas, duras y eficientes».

Los compradores de Nueva Rumasa pretenden crear una nueva sociedad que unificará todo y negocian ahora con la familia Ruiz-Mateos mantener las marcas más emblemáticas durante 25 años para continuar la comercialización.

El plan entrará en funcionamiento la semana que viene, ya que «no se puede generar más deuda». La medida afectará a unos ochenta trabajadores. A pesar de todo, desde Back in Business insisten en mandar un mensaje de continuidad, ya que «se garantiza el 46% de empleo y haremos fuerza para seguir». En cualquier caso, dejan claro que «al 100% no se puede certificar la continuidad de las empresas», pero sí afirma que «es más fácil que con Marsans». Todos los activos se mantienen a la venta para intentar reconducir la sitación financiera a corto-media plazo.

Back in Business, la sociedad propietaria del Grupo Nueva Rumasa, plantea en su Plan de Viabilidad el despido del 54 por ciento de la plantilla de sus cuatro bodegas del Marco de Jerez , integrada por 146 trabajadores.

El plan de sostenibilidad pasa "necesariamente" por la generación de los recursos necesarios para garantizar la cobertura de las deudas adquiridas con anterioridad, así como aquellas que se deriven del procedimiento concursal, las prejubilaciones o el propio ERE.

Lavernia ha defendido la necesidad de agrupar las bodegas Complejo Bellavista, Zoilo Ruiz-Mateos, Valdivia y Teresa Rivero en una nueva sociedad, a la que también quedaría adscrita la comercializadora Unión de Grandes Bodegas.

Esta medida permitirá, a juicio de Back in Business, optimizar la actividad productiva en un mínimo de centros de trabajo, toda vez que "las posibilidades de continuidad inmediata de la actividad pasan necesariamente por la adaptación de las estructuras actuales a la realidad del mercado".

Según Lavernia, la situación de las bodegas es "muy desfavorable", ya que el Grupo Nueva Rumasa "acumuló en los últimos años un exceso de capacidad productiva, con una extensa estructura de personal y elevados volúmenes de existencias inmovilizadas".

Esta última circunstancia ha venido generando "una gran tensión comercial para movilizar el stock", que ha llegado a derivar "en contratos de suministros con rentabilidades muy bajas e incluso negativas".

En la actualidad, el Grupo Garvey cuenta con cinco centros bodegueros para crianza y almacenamiento de vinos, brandy y vinagre, con una capacidad de almacenamiento conjunto de 83.000 botas, cuatro plantas de embotellado con un rendimiento agregado de 30.000 botellas a la hora, 300 hectáreas de terreno apto para el viñedo, cuatro almacenes de producto terminado y tres centros de visitas.

La nueva propiedad propone a corto plazo la reducción de la actividad de Valdivia y Teresa Rivero a bodegas de envejecimiento y crianza para suministrar a Complejo Bodeguero y Zoilo Ruiz-Mateos.

En estas dos últimas bodegas se pretenden concentrar además las actividades de embotellado, almacenamiento y distribución del producto terminado, optimizando de esta manera la logística y la estructura productiva necesaria.

Fernando Lavernia ha sostenido que con la estructura que se persigue el modelo de negocio sería "perfectamente rentable" de no ser por la situación financiera en la que se encuentran las bodegas.

A este respecto, ha advertido de que las sociedades se encuentran "totalmente descapitalizadas", a lo que se une el hecho de que sus activos "garantizan otras operaciones del Grupo Nueva Rumasa que probablemente generarán nuevos pasivos para las bodegas.

Según las cifras que maneja la nueva propiedad, a fecha del auto de declaración de los concursos de acreedores, las cuatro bodegas y la comercializadora acumulaban saldos deudores por un importe superior a los 92 millones de euros.