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Salto al vacío

El Barça B supera sin dificultades a un Xerez que no tiró a puerta en toda la segunda mitad y que se coloca a cuatro puntos del descenso

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Apabullado desde el inicio del encuentro e incapaz de reaccionar ante el dominio del Barça B, el Xerez desertó de un partido en el que el resultado final (2-0) pareció incluso demasiado poca recompensa para los locales. No había mejor ocasión para visitar el feudo del filial azulgrana, un rival siempre incómodo, que obliga al esfuerzo de perseguir la sombra de la sombra del balón, al igual que sus hermanos mayores del Camp Nou, quien sabe si el lugar en el que muchos de estos talentos corretearán en breve.

Urgido por las dudas de cinco partidos sin conocer la victoria, el Barça B llegaba al partido mermado por la marcha de uno de sus estandartes, el goleador Jonathan Soriano, rumbo al Salzburgo, de la primera división austríaca.

Un golpe para un filial al que ya se le hacía un mundo amarrar sus partidos, especialmente por la costosa adaptación de los fichajes de esta temporada. Sumado eso a las bajas por lesión y a la convocatoria habitual con el primer equipo de hombres importantes, en este caso Sergi Roberto y Dos Santos, el escenario para el Xerez era, por lo menos, el mejor posible visto lo visto.

Sin embargo, de poco sirvieron los dos triunfos consecutivos con los que los andaluces acudían al Miniestadi. Ya desde los primeros instantes exigieron los locales a Doblas con ocasiones que bien pudieron suponer el primer tanto, como mínimo.

Primera ocasión

Tello ya había rozado el gol a los tres minutos, pero un atento Doblas desbarató el disparo del canterano. Sin embargo, más clara fue la doble ocasión de Rodri y Bartra, que vieron cómo la defensa despejaba épicamente, en la misma línea de gol, sendos disparos consecutivos a bocajarro.

Un carrusel de ocasiones en menos de quince minutos que completó el mismo Rodri, con un disparo lejano que trató de sorprender a Doblas sin éxito. Los jerezanos apenas habían olido el área azulgrana y la sombra de la mala racha de resultados en los últimos desplazamientos se cernía sobre los visitantes.

Trató quizás Vicente Moreno de cortar el despliegue de juego del trivote azulgrana en el centro del campo. Por ello, dispuso a Rueda y Cordero en la media, con un Capi más adelantado y José Mari e Israel en las bandas, poblando de manera ilusa el círculo central de jugadores.

De poco sirvió, más bien nada. Ni siquiera actuando el Barça B sin algunos de sus mejores creativos y con Muniesa como pivote de contención improvisado. Los jugadores azulgranas movían con soltura, aunque con menos gracia que lo habitual. Aún así, el acecho era constante sobre la portería andaluza. El ex sevillista Rodri, del que el técnico culé Eusebio Sacristán dijo que debía ser «su hora» ante el adiós de Jonathan Soriano, desperdició de nuevo otra ocasión manifiesta de gol, al mandar su remate a las gradas cuando el ex bético Doblas despejó mal en una salida fuera del área.

Para entender el partido, un dato. Hasta el minuto 33 no llegó el primer disparo jerezano, sin demasiado peligro para el meta Masip, al la par la única llegada clara en todo el encuentro. Del balón, ni sabía el Xerez. Es por ello que el gol local era cuestión de tiempo, acierto e insistencia, ante la deserción de su contrincante. Aún así, cuando el partido parecía adormecido y más pendiente de la llegada del descanso, Tello, soberbio en este partido, magnífico en lo que va de temporada, recibió en el vértice izquierdo del área, recortó hacia el centro y mandó un disparo al palo largo imposible para Toni Doblas (1-0).

Dio la sensación, en la fría noche barcelonesa, con un Miniestadi con una de las peores entradas de la temporada, que los chicos de La Masía tuvieron un encuentro más cómodo de lo esperado, más por la plácida respuesta de su inofensivo rival que por méritos propios. Lo cierto es que se esperaba mucho más del conjunto azulino.

Nunca habían ganado los andaluces en el estadio catalán, donde solo habían obtenido tres empates y siete derrotas, y no parecía que fuera a ser la excepción. Íñigo Vélez lo intentaba infructuosamente en la reanudación, pero siempre fue una isla en el océano, desasistido, abandonado a su suerte durante noventa minutos, durante todo el partido.

Con un encuentro cada vez más al gusto del Barça B y ante un Xerez cada vez más diluido, Tello y Rodri, los mismos que monopolizaron todas las llegadas locales, guisaron el segundo tanto para regocijo de la defensa visitante. En algún lugar no muy lejano de Xerez no vendría mal la presencia de un ariete que tiene en el oportunismo su mejor arma. No obstante, es común buscar en otros mercados no muy lejanos antes que ver lo que tienes en la cantera. Todo lo contrario sucede en La Masía Como decíamos, cuando todavía no habíamos llegado al cuarto de hora del segundo tiempo, Tello armó un contragolpe, su especialidad. Asistió a Rodri y éste no desaprovechó el regalo de su compañero para, a portería vacía, sentenciar el partido. A punto estuvieron entre ambos de lograr un par más, por lo que aún pudo dar gracias el Xerez de no regresar a casa con una goleada más abultada, pero sí a cuatro puntos de los puestos de descenso a Segunda División B.