pan y circo

José Luis Astiazarán

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El presidente de la LFP, José Luis Astiazarán, lleva años empeñado en alcanzar los niveles de torpeza que han encumbrado a Ángel María Villar a lo más alto de la lista de personajes más fatídicos y nefastos del fútbol español. Su empecinamiento coincide con su llegada al frente de una institución a la que se ha enquistado desde que abandonara la presidencia de la Real Sociedad. Desde entonces, este abogado –al que jamás se me ocurriría contratar en mi vida (también pertenece al club de Jose María del Nido)– se ha ido labrando un currículum de echarse a temblar y para plantearse muy seriamente qué hace un tipo de esta catadura mental al frente de la patronal del fútbol. En un afán de lucro sin igual, Joselu se ha empeñado en pasar a la historia por una decisión que solo se le puede ocurrir a un personaje con un cerebro más pequeño que una nuez: que las emisoras de radio no entren en los estadios. Y es que a Joselu se la trae al fresco eso del derecho a la información. No conociendo límites su incompetencia, él se ha sacado de la manga –con el beneplácito de cuantos le ríen la gracia en la sala de juntas– eso de los partidos al mediodía, justificando semejante barbaridad porque en la gran China están muy interesados en nuestra Liga. Y ya puestos a ejercer de incompetente, Joselu nos regala cada semana alguna perla con la firma de la casa. Entre las últimas, destacan mamarrachos del calibre de poner los partidos de Segunda entre semana a las seis de la tarde, de modo que vayan cuatro gatos a los campos y los clubes sigan en la ruina. También hay que valorar como un delito contra la lógica su decisión de colocar partidos de la División de Plata en la franja horaria del próximo amistoso entre Inglaterra y España. Pero lo peor de tipos como Joselu es que estén cobrando, y muy bien, cuando nuestro fútbol no puede permitirse el lujo de aguantar un minuto más a semejante individuo.