entrevista

«No sabemos hasta dónde puede llegar la medicina deportiva»

El doctor Mikel Sánchez es una pieza imprescindible en el éxito de muchos grandes campeones

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Cuando el periodista le pregunta qué parte le corresponde en los éxitos de Rafa Nadal, el doctor Mikel Sánchez (Vitoria, 1955) responde con una carcajada: «¡Pero si él es el que corre!». Sin embargo, cualquier experto sabe que Sánchez es una institución en la medicina deportiva y una pieza imprescindible en el éxito de muchos grandes campeones. Por sus manos pasan cada mes siete u ocho deportistas que buscan recuperar en el menor plazo de tiempo posible un rendimiento de primer nivel. Para responder a estas altas expectativas, el jefe del servicio de traumatología y medicina del deporte de la clínica USP La Esperanza de Vitoria desarrolló una técnica basada en la aplicación de plasma que permite acortar de manera espectacular los tiempos de recuperación. La sangre del paciente se procesa y de ella se obtiene un plasma rico en factores de crecimiento (proteínas) que se aplica en la zona lesionada, que de esta forma comienza a cicatrizar con mayor rapidez. Las rodillas de Nadal pueden dar fe del éxito de este tratamiento.

–¿Cuál es la diferencia entre operar al mejor tenista del mundo y operar a una persona normal?

Rafa Nadal es un caso muy especial por su complexión, es un número 1 también físicamente, sus condiciones previas son increíbles e incomparables. Pero si hablamos de un deportista profesional cualquiera, debemos saber que su masa muscular, su desarrollo muscular, sus condiciones físicas, son mucho mejores que las de una persona normal. Pero, sin embargo, tener a un deportista de primer nivel en el quirófano tiene un gran inconveniente: la presión que siente el médico, que sabe que por sus manos pasa la carrera de un deportista y sabe también que los medios de comunicación están detrás de nosotros, pendientes de todo, de cualquier error.

–¿Y en la recuperación?

La principal diferencia es la fuerza de voluntad. Un deportista sabe que tiene que estar 24 horas al día dedicándose a la recuperación porque de eso depende su carrera profesional, conseguir contratos, ganar dinero, llegar más lejos. Y el médico también lo sabe y por eso puede planificar recuperaciones mucho más intensas que en el caso de una persona normal. Por eso, un deportista tarda muy poco tiempo en alcanzar un nivel de recuperación que consideraríamos normal en una persona, como volver a andar o a conducir. Lo que cuesta es recuperar el nivel previo a la lesión.

–¿Los deportistas llevan a cabo recuperaciones que no son «saludables» solo por estar listo para las grandes citas, recuperaciones que usted no recomendaría a un paciente «normal»?

Por supuesto, todos lo hacen. Y eso es lo que puede provocar recaídas. Pero el deportista y el médico tienen que saber hasta qué punto es importante la cita y arriesgar teniendo eso en cuenta. Arriesgar es algo muy normal en deportistas de alto nivel.

–¿Es saludable el deporte de alta competición?

Es lo más insano que hay. El deporte aficionado es lo más sano y, a partir de ahí, se degrada hasta el deporte de alto nivel, que es todo lo contrario a la salud. Y cuanto más alto se llega, más insano.

–Si un deportista y una persona normal sufren, por ejemplo, una triada, ¿se recuperarán igual?

Sí, si cumplen la recuperación como debe ser, quedarán igual que antes, es decir, volverán cada uno a su nivel.

–¿Un deportista tiene más posibilidades de recaer que una persona normal?

Sí, porque su trabajo le va a exigir ponerse al límite muchas más veces que una persona normal. Pensemos en un deportista aficionado: si se ha lesionado jugando al pádel, cuando reaparezca, no va a forzar tanto porque sabe que su prioridad no es el deporte, sino su vida diaria.

–Ustedes han sido pioneros en utilizar sangre del propio paciente. ¿Cómo ve el desarrollo de la medicina deportiva?

Yo siempre digo que los avances de los últimos años han abierto las puertas del universo. No sabemos dónde podemos estar dentro de unos años.

–¿Por qué sorprende lo rápido que los toreros o los motociclistas se recuperan de sus lesiones y caídas?

En el caso de los toreros, sus lesiones son muy aparatosas, pero suelen lesionarse los tejidos, que siempre es menos dañino que lesionarse los huesos. Sangran mucho pero las recuperaciones son muy rápidas. En los motociclistas, se trata de lesiones óseas, de roturas... Pero saben que si se pierden seis carreras acaban con sus posibilidades en el campeonato, por eso tienen que forzar. En cualquier caso, si los huesos se quedan bien tras una operación, como suele ocurrir, en teoría no deben sufrir secuelas en el transcurso de su vida, incluso cuando se retiren.

–¿Qué importancia tienen la fuerza de voluntad y la mentalidad para un deportista lesionado?

Es la clave en las recuperaciones. Un deportista tiene una fuerza de voluntad muchísimo mayor que una persona normal. De su mentalidad depende su carrera profesional y sabe que tiene que darlo todo durante la recuperación, a la que no duda en dedicar las 24 horas del día.