VUELTA DE HOJA

El desguace

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La Justicia española funcionaba mal y tarde, pero eso ha viendo siendo altamente preferible a que dejara de funcionar. El atasco en uno de los pies -el legislativo, el ejecutivo y el judicial, enunciados por su alternativo y desigual desorden, se ha metido en una coctelera y así como hay líquidos esplendorosos que bebidos son absolutamente reconfortantes, si se juntan resultan desastrosos. La culpa es de los 'barmans' o sea, de los políticos, y por eso los obligados clientes quieren echarlos del mostrador. Sería la solución más fácil, en vez de buscarle tres pies al gato, que siempre ha tenido cuatro. Vista la distancia, que nos pile tan cerca, la crisis del TC no pude extrañarnos. ¿Por qué el Constitucional iba a ser una excepción? Lo de sí sorprende un poco es que dimitan tres magistrados que en vez de irse a hacer puñetas y crucigramas, acepten o soporten que sus dimisiones no han sido aceptadas. Deben ser serios los señores magistrados, aunque eso sea una redundancia: el que quiere dimitir dimite de verdad. No necesita plebiscito. Le basta con no acudir a su ímprobo trabajo y quedarse en casa, que en la calle llueve y no conviene mojarse, porque si cambia el tiempo y conviene cambiar de ropa.

Los señores magistrados tienen sus motivos, pero no son tantos como los que tenemos los españolitos de a pie. Su diferencia es que ellos no están descalzos. La Sala del 61 ha aceptado la recusación, pero es más pequeña que las salas de estar de tanta y tantas familias españolas que nos explican nada, por muchas horas que dediquen a ver la televisión, son más grandes.

La hora del desguace ha llegado porque el navío nacional está embarrancado. Pobre barquilla nuestra, sin olas desveladas y sin capitanes a bordo. El barco debe entrar en talleres, pero los calafateadores siguen discutiendo entre ellos acerca de los remedios más urgentes. Siempre ha ocurrido lo mismo cuando los carpinteros de la ribera no tienen ni estopa ni brea suficientes para tapar las junturas. Navegar es lo que importa, según dicen