«Anguita habla y se hace el silencio»

Ser moderador de televisión debería estar considerado profesión de riesgo, aunque María Casado (Barcelona, 1978) tiene un truco. A los 59 segundos, cierra la boca a los contertulios. Y funciona. El programa de los micrófonos que suben y bajan regresa esta medianoche a La 1 de TVE.

–¿Apagar el micrófono es la única manera de evitar los debates-gallinero en la tele?

–Nosotros mantenemos el tono, y el debate, aunque a veces se encienda un poco, suele ser sereno. He tenido que cuadrarme muy pocas veces. El problema es que en televisión nos hemos mal acostumbrado a los gritos y a las malas formas. Y yo no soy de gritos.

–En ‘59 segundos’ no se les oye, pero muchos siguen hablando sin micrófono.

–Es que no somos conscientes del ejercicio mental que supone concretar tanto las ideas... Y a veces no se puede. Recuerdo un programa sobre los toros en el que Pilar Rahola y Fernando Sánchez Dragó tuvieron un cara a cara. Fue un debate muy divertido, pero imposible. Acabé agotada porque no había manera de controlarlos y esto no es un espacio de entretenimiento.

–Otros parece que ensayaran en el espejo.

–Por parte del Gobierno, destacaría al ministro de Educación, Ángel Gabilondo, porque es un excelente orador y clava las intervenciones. Y de la oposición el que es súper disciplinado es Esteban González Pons. A los 58 segundos acaba la frase.

–Ahora han fichado a Julio Anguita...

–Ya ha estado alguna vez y se defiende genial. Se nota su experiencia en la docencia porque tiene mucha cintura. Y cuando hay rifirrafe le das la palabra y se hace el silencio.

–También sentarán a debatir a Ana Botella, Anasagasti, Rosa Díez... ¿La gente no está harta de escuchar a los políticos?

–Es que en vez de saturar creemos que la gente va a agradecer verles porque todos son políticos de ‘agárrate’ que nos van a dar muchas claves. Desde que anunciamos que venían hemos notado que hay algunos con mucho tirón, que llaman la atención, sobre todo Ana Botella, Rosa Díez y Anguita.

–Menudo cóctel. Van a saltar chispas.

–Es que cada uno es de su padre y de su madre y rifirrafe va a haber, eso seguro. Con todo lo que se diga de los políticos, son menos previsibles que los propios periodistas que vienen al programa.

–Alguno le habrá dado ‘calabazas’...

–Sí, por enésima vez aprovecho para pedir a José Luis Rodríguez Zapatero y a Mariano Rajoy que vengan al programa, juntos o separados, pero no hay manera de cazarlos. Sus agendas son muy complicadas.

–Además de un discurso preparado, a la tele van con un estilismo muy cuidado.

–La imagen es muy importante y todos vienen con la ropa de casa. Algunas mujeres llaman para preguntar de qué color voy a salir yo, por aquello de no coincidir.

–David Cantero, que fue compañero suyo en los informativos, da el salto a Telecinco. ¿Usted se dejaría tentar por la privada?

–Yo no hablo de futuribles, pero estoy feliz por David y voy con él a muerte. Al principio era un simple compañero de trabajo y ahora es el mejor amigo que tengo en Madrid.