ESPAÑA

Procesan a tres etarras que dejaron su ADN en el coche

MADRID. Actualizado: Guardar
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Jurdan Martitegi y Arkaitz Goikoetxea, los presuntos jefes del comando etarra que el 24 de agosto de 2007 voló con un coche-bomba el cuartel de la Guardia Civil en Durango (Vizcaya), fallaron al tratar de destruir los indicios de su participación en el atentado. Los investigadores lograron identificar su ADN en los restos orgánicos que dejaron en los reposacabezas del automóvil que utilizaron, y su descuido se ha convertido en la principal prueba de cargo que permitió ayer al juez Baltasar Garzón procesar a ambos por estragos terroristas, tentativa de asesinato, robo de automóvil con falsificación de matrícula y depósito de explosivos. De nada sirvió a los etarras haber tratado de destruir el Seat Ibiza con una bomba incendiaria.

Garzón considera probado que Martitegi y Goikoetxea ejecutaron el atentado, el primero tras el final de la tregua, con la ayuda del tercer procesado, Aitor Artetxe. Los jefes del grupo trasladaron a Durango una furgoneta robada y cargada con más de un centenar de cloratita hasta la fachada principal del cuartel y la hicieron estallar con un temporizador sobre las 3.30 horas.

Los terroristas, según Garzón, orientaron la parte trasera de la furgoneta, donde iba anchado el artefacto «con el fin de causar los mayores daños posibles», y huyeron en el coche que a la ida les sirvió de «lanzadera». El resultado de la enorme explosión fueron dos guardias heridos graves, con lesiones que todavía no han curado tras dos años y medio, y 1,5 millones de euros de gastos para reparar los graves desperfectos en el cuartel, viviendas próximas y vehículos.