Un cartel imparte instrucciones para pasar por escáner corporal instalado en el aeropuerto de Schipol, en Ámsterdam, de donde salió el nigeriano que pretendía volar un avión. :: AP
ESPAÑA

Los escáneres corporales dividen a los 27 en la cumbre de Toledo

Los ministros de Interior soslayan la polémica para no empañar el primer acuerdo antiterrorista de la UE con Estados Unidos

TOLEDO. Actualizado: Guardar
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No hubo acuerdo, pero es que ni siquiera se acercaron un poco las posiciones. Los escáneres corporales no estaban en el orden del día de la cumbre de Toledo de ministros del Interior de la Unión Europea, pero, aun ausentes del programa de trabajo, dividieron todavía más a representantes de los 27, incapaces de hablar con una sola voz sobre el asunto.

La tensión fue tal que el vicepresidente de la Comisión, el francés Jacques Barrot, tuvo que llamar al orden muy irritado. «¡No se obsesionen con los escáneres!», clamó en presencia del anfitrión, Alfredo Pérez Rubalcaba, y de la estrella invitada al encuentro, la secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, Janet Napolitano.

El enfado del vicepresidente en la cumbre informal de Justicia e Interior tenía su motivo. La polémica eclipsó el primer tanto de la Presidencia española de la UE: conseguir que los ministros del viejo continente y la secretaria de Seguridad Interior de Barack Obama estampasen ayer su firma en la primera resolución conjunta trasatlántica en materia antiterrorista. El ya conocido como 'acuerdo de Toledo', marcado todavía por el atentado fallido el pasado día de Navidad contra un avión que iba a aterrizar en Detroit, se fija como prioridad mejorar la seguridad aérea en ambos continentes por todos los medios tecnológicos disponibles.

En el texto del consejo de información de Justicia e Interior -una declaración de intenciones en realidad- europeos y norteamericanos reconocen que «comparten la responsabilidad de evitar que los terroristas ejecuten, planifiquen y apoyen operaciones dirigidas a causar daño», en particular al «ámbito de la aviación civil». La UE y Estados Unidos se marcan como objetivos estrechar la colaboración para «identificar» a todas las personas y «sustancias» que «representen un riesgo para la seguridad» de los aviones. Para ello, apuestan por la mejora de la seguridad de los documentos de viaje, de las inspecciones de los viajeros y el uso de «tecnologías avanzadas».

Pero eso sí, ni una mención concreta a los escáneres corporales. Una cuestión que, según el ministro del Interior español, no estaba encima de la mesa en Toledo porque la utilización de esta tecnología compete también a los responsables de Justicia y Transportes de la Unión. Barrot prometió, por su parte, que la Comisión Europea ya ha dado órdenes para acelerar el informe sobre la utilización de estos detectores que fotografian el cuerpo y que valorará tanto su eficacia como las consecuencias para la salud y el respeto de la privacidad. Napolitano, convidada de piedra a la polémica, aseguró tajante que Estados Unidos no sólo tiene la determinación de usarlos, sino que apuesta de manera clara por extender su uso. «Los escáneres corporales -apuntó la responsable norteamericana- son una posibilidad por la que ha apostado Estados Unidos, que ya dispone de 40 en los aeropuertos y el año que viene va a incorporar hasta 450». «Pero no buscamos un enfoque comunitario sobre ellos. Estados Unidos no exige nada a nadie», quiso dejar claro la secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, temerosa de que la polémica entre los socios europeos acabara por salpicarle.

Listado de pasajeros

Barrot aprovechó las aguas revueltas de la reunión informal en la capital manchega para volver a la carga y sumar apoyos a su proyecto de poner en marcha una PNR europea (un registro de nombre de pasajeros que las compañías aéreas estarán obligadas a facilitar a las autoridades del país de destino). Estos listados, que ya en 2007 tuvieron la oposición de varios miembros de la Unión que alegaron la violación de la intimidad de los usuarios, son ya obligatorios para vuelos con destino a Estados Unidos, pero no están en marcha en viajes dentro de Europa. El vicepresidente de la Comisión se mostró seguro de que las nuevas normas de decisión del Tratado de Lisboa permitirán en breve aprobar las PNR.

No hubo, tal y como se había anunciado, un análisis común sobre la creciente amenaza que para el viejo continente supone la expansión de Al-Qaida en el Magreb a través de los antiguos salafistas, hoy reconvertidos en AQMI. Pero la red terrorista de Osama bin Laden estuvo omnipresente en las conversaciones de los 27. «Al-Qaida y sus filiales se mueven y buscan continuamente sortear nuestros sistemas de seguridad y nosotros tenemos que ir más deprisa». Así ilustró Pérez Rubalcaba la obsesión de los responsables de seguridad americanos y europeos por reforzar todo tipo de instrumentos para mejorar la seguridad en las aeronaves.

Janet Napolitano se expresó en términos muy similares a los de su homólogo español: «Al-Qaida está dedicando algunos de sus mejores cerebros para ver cómo violan nuestros sistemas de seguridad y nosotros tenemos que estar a su altura».