Al Barça le amargan la fiesta

No fue una sorpresa. Invitar al Villarreal a una fiesta tiene sus riesgos. Ya aplazó el alirón liguero del Barça la pasada temporada con un 3-3, su sexto resultado positivo en el Camp Nou en la última década, y este sábado fastidió el ofrecimiento de los seis títulos de 2009 al llevarse un empate con todo merecimiento. El conjunto amarillo, valiente y desafiante, es el primero en puntuar en el estadio azulgrana esta campaña.

Desde el primer minuto, el Villarreal tuteó a un Barça sin Messi, Touré y Keita. Más que eso. Lo desmontó con una presión valiente y decidida en su zona de creación. Piqué no podía sacar el balón, Xavi no encontraba su sitio, Jonathan dos Santos acusaba la inexperiencia y del pulso entre Sergio Busquets y Senna, quizás peleando ya por la titularidad en la selección en el Mundial, saltaban chispas.

El equipo de Ernesto Valverde arriesgó en su planteamiento, con cuatro balas en ataque como Cani, Fuster, Cazorla y Nilmar, jugadores con movilidad e imaginación. Con un achique de espacios milimétrico, adelantado la defensa y empujando a los pivotes hacia arriba, la escuadra amarilla atemorizó desde el inicio sin renunciar a jugar el balón. Y no varió su filosofía ni con el marcador en contra, cuando el Barça se adelantó en el minuto 7 con su primera aproximación. Fue una gran jugada colectiva, con centro desde la banda de Alves, impresionante remate al travesaño de Henry y buena finalización de Pedro, con oportunismo y calidad, recogiendo el rechace.

Valentía castellonense

Mandaba el Barça, pero sólo en el marcador. En el césped el amo era el Villarreal, como se demostró en el minuto 14, con una gran llegada por la derecha de Cani y un cabezazo de Fuster que no entró de milagro.

La valentía del Villarreal merecía un mejor resultado y Fuster hizo justicia al marcar con la izquierda tras un centro de Cani en el inicio de la segunda parte.

Valverde, confirmando su ambición, quería más y refrescó el ataque con entrada de Rossi por Nilmar. Y el italiano tuvo el 1-2 en sus botas. Sin embargo, Puyol lo evitó bajo palos con Valdés superado.