cumbre del cambio climático

Un nuevo borrador omite 2010 como fecha tope para un nuevo acuerdo climático

El texto fija 2 grados centígrados como la subida global de temperaturas máxima para evitar graves interferencias en el clima

COPENHAGUE Actualizado: Guardar
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El proyecto de declaración que discuten los negociadores internacionales en la Cumbre de la ONU de Copenhague omite el año 2010 como fecha tope para firmar un nuevo acuerdo sobre cambio climático. El borrador, que consta de 12 puntos, fija 2 grados centígrados como la subida global de temperaturas máxima para evitar graves interferencias en el clima, aunque señala que el acuerdo será revisado en 2016, cuando se podría limitar esa subida a 1,5 grados, una petición de los países más amenazados por el cambio climático.

El documento propone una reducción global de emisiones del 50% en 2050 por debajo de los niveles de 1990 y no señala una fecha para que las emisiones alcancen su pico máximo antes de comenzar a descender. En el borrador los países desarrollados acuerdan proveer los recursos financieros, tecnología y capacitación adecuados, predecibles y sostenibles para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse a los efectos del cambio climático, sobre todo a los más vulnerables. Los países ricos se comprometen a reducir sus emisiones individualmente o conjuntamente en al menos un 80% para 2050 y a fijar recortes para 2020 sin especificar, con respecto a los años 1990 ó 2005.

Ayudas de adaptación

El cumplimiento de esos compromisos y la financiación que provean los países desarrollados será verificada de manera rigurosa, sólida y transparente. Los países en desarrollo llevarán a cabo acciones para mitigar sus emisiones que serán hechas públicas a nivel nacional cada dos años, apunta el texto. Aquellas acciones nacionales de mitigación que cuenten con apoyo del exterior estarán sujetas a una verificación internacional.

El borrador confirma una ayuda para la mitigación y la adaptación de 30.000 millones de dólares en el periodo 2010-2012, mientras que los países desarrollados se comprometen a movilizar 100.000 millones de dólares anuales con este fin para el año 2020. Los fondos de adaptación deben ir dirigidos sobre todo a los países menos desarrollados, pequeños estados isleños en desarrollo y países de África afectados por la sequía, la desertificación y las inundaciones.