Nacho Sacaluga con el premio del festival de Barcelona que ganó con el documental 'Febrero' . / BEA SANCHO
NACHO SACALUGA PERIODISTA Y GANADOR DEL FESTIVAL DE DOCUMENTALES IN EDIT 2009

«El Carnaval era una historia por contar»

El gaditano ha ganado el festival de documentales In Edit 2009 con su trabajo 'Febrero. Cuando la vida es Carnaval' sobre la fiesta gaditana

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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El periodista había preguntado tantas veces sobre las culturas de los demás que tarde o temprano tenía que preguntar sobre la suya. El gaditano Nacho Sacaluga -director del programa Escenario de Telemadrid- creyó en la valiente y espinosa tarea de explicar y explicarse el Carnaval. Y lo ha conseguido. Febrero. Cuando la vida es Carnaval ha ganado recientemente el festival In Edit 09 de documentales en Barcelona.

-¿Por qué eligió el carnaval?

-Sencillamente porque era una historia que estaba por contar. Cuando pretendes rodar un documental lo primero es encontrar la historia, luego intuir que puede interesar a un público más o menos amplio, y por último tener claro cómo contarlo. En el caso del carnaval de Cádiz confluían los tres factores.

-¿Ha conseguido explicarlo?

-Me gustaría pensar que sí. El carnaval de Cádiz es un fenómeno completamente desconocido fuera de nuestra ciudad y eso es algo que a muchos les cuesta asimilar. En Cádiz el carnaval tiene tanta presencia que acaba por envolverlo todo y eso entraña el riesgo de perder la perspectiva. Una de las argumentaciones del jurado del In-Edit09 para concedernos el premio era precisamente eso, que habíamos conseguido hacer entender un fenómeno que todos conocían, pero no entendían, y desde todos los puntos de vista posibles. Ojalá hayamos llegado tan lejos.

-¿Porqué existe ese lugar común que dice que nadie de más allá de Sevilla puede entenderlo?

-Los lugares comunes son tan peligrosos como los refranes, cuentan una verdad a medias y resultan creíbles sólo porque todo el mundo lo dice. En este caso la verdad es que se acerca mucho a la realidad pero el problema no es que nadie más allá de Sevilla pueda entenderlo, la cuestión es que nadie lo había explicado para que se entienda. No enseña mejor el que más sabe sino el que mejor se explica. Creo que se ha exportado una imagen del carnaval de Cádiz que flaco favor ha hecho a los autores, a la fiesta y a los gaditanos, sobre todo porque Cádiz es bastante más que carnaval.

-¿Cómo ha sido la reacción de los catalanes?

-Muy variada. Creo que a Cela, en cierta ocasión, le preguntaron por los chinos y respondió que no los conocía a todos -ríe-. Quizá yo debería decir lo mismo ahora. He tenido la sensación de que el público tipo del Festival In-Edit no se esperaba nuestro documental, quizá por no ser lo suficientemente alternativo o por tratarse de algo muy popular. Desde luego tuve claro que el premio del público no nos lo llevábamos, pero precisamente eso nos enorgullece aún más porque el jurado ha tenido la valentía de premiar una historia que se salía de su target. Aunque debo admitir algo, nos han llegado mensajes de catalanes agradeciendo que por fin han entendido el carnaval gaditano.

-¿Qué significa para usted el premio?

-No creo que los premios cambien las películas. Las historias son las que son, para bien o para mal, tengan o no premios. Lo que espero es que esto nos ayude en la difusión de la película. Pero vamos, desde luego estamos todo el equipo en una nube, yo todavía no me lo creo. Me gustaría que sirviera para que fuera más fácil que pudiéramos proyectarlo en Cádiz, porque hasta ahora no ha habido manera. No olvidemos que los gaditanos son los auténticos protagonistas.

-¿Con qué premisas se acercó al Carnaval?

-Con las de un aficionado de perfil bajo. Me gustaba el Carnaval pero no era un experto, ahora tampoco lo soy pero he entendido algunas cosas que ponen a la fiesta en su sitio y precisamente eso lo he aprendido en las entrevistas a los ajenos al carnaval. Tenía claro que estaban los ingredientes de una buena historia pero al principio no tenía ni idea de dónde encontrarlos. Poco a poco fui dando con las claves.

-¿Cómo fue el proceso del documental?

-Arduo, largo y fatigoso pero muy gratificante. La fase de guión fue enclaustradora. El rodaje fue duro por los continuos desplazamientos desde Madrid, eso lo complica y lo encarece todo. Tuvimos muchísima suerte en cuanto a la climatología. Hubo sol casi siempre y el Levante y el Poniente se comportaron, salvo en la entrevista a Carlos Díaz, de ahí que en el documental no haya demasiadas intervenciones del ex alcalde pese a que sus aportaciones fueron interesantísimas. Eso me pesa, la verdad.

-Después de todas esas horas de grabación, ¿con qué se queda? ¿Algún momento estelar? ¿Algún momento a olvidar?

-No hay nada que olvidar porque todo ha sido edificante. He aprendido tanto que si pudiera congelaría este último año y medio. Mi momento estelar no fue el de la llamada para comunicarme el premio sino aquel día de 2007 cuando, en la cafetería de Telemadrid, Alberto Dorado, Antonio Moreno y yo decidimos embarcarnos en esta odisea. Además, he descubierto la faceta más humana y menos divina de los protagonistas del documental y eso es una maravilla, con algunos se ha fraguado una bonita amistad. ¿Acaso no es eso lo más importante en la vida?

apaolaza@lavozdigital.es