Evacuaciónn de un agente herido en Lahore./ AP PHOTO
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Al-Qaida se ceba una vez más con la Policía paquistaní

KABUL Actualizado: Guardar
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Al menos 38 personas perdieron la vida ayer en una nueva jornada de terror en Pakistán. Tan sólo diez días después de lograr entrar al cuartel general del Ejército en Rawalpindi, tres comandos insurgentes lanzaron ataques simultáneos sobre tres instalaciones policiales en Lahore, la segunda ciudad más importante, y mantuvieron al país en alerta máxima durante varias horas hasta que las fuerzas de seguridad lograron reducirles.

Poco antes de las diez de la mañana saltaron todas las alarmas con el asalto al cuartel general de la Policía de élite en Bedian, cerca del aeropuerto, y los peores presagios se confirmaron al comprobar que prácticamente a la misma hora la academia de cadetes de Manawan y las oficinas de la Agencia de Investigación Federal (FIA, por sus siglas en inglés) también estaban siendo atacadas. Estos dos últimos lugares ya habían sido objetivo de los yihadistas en sendos atentados en marzo de 2008 y de este mismo año.

La organización Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), que aglutina a diversos grupos insurgentes del país, reivindicó la autoría de estos ataques y confirman la declaración de «guerra de guerrillas», según el ministro de Interior, Rehman Malik, que los militantes plantean a Islamabad. El Ejército se encuentra preparado a lanzar una ofensiva contra Waziristán del Sur, departamento tribal del norte en el que se escondería la cúpula TTP, pero de momento no ha llegado la orden de adentrarse en el feudo talibán. En las últimas dos semanas 250 personas, la mayor parte civiles, han perdido la vida en Pakistán a causa de los atentados.

Condena de EE UU

Aunque Lahore centró la mayor parte de la atención, la jornada terrorista comenzó y finalizó en el norte. A primera hora un suicida atentó contra una comisaría de Kohat matando al menos a once personas. Por la tarde, cuando se empezaba a calmar la situación tras los asaltos de Lahore, un artefacto activado a control remoto acababa con la vida de un niño y hería a nueve adultos frente a la residencia de un funcionario gubernamental en Peshawar, según informaron los canales locales.

EE UU afirmó que las acciones de ayer son un «recordatorio» de que el extremismo todavía es una amenaza para Pakistán, a la vez que reiteró su apoyo a Islamabad en su lucha contra el terrorismo.