«Ser buena persona es una elección propia»

«El hombre puede ser lobo y cordero para el hombre, todo depende de lo que quiera elegir». Así de contundente se expresaba el actor estadounidense Viggo Mortensen ayer en Sitges, donde recogió un premio honorífico a su carrera y presentó La carretera, fiel adaptación de la novela homónima de Cormac McCarthy. Irresistiblemente atractivo, como siempre, Mortensen apareció con semblante serio en la abarrotada rueda de prensa. En una previa sesión fotográfica no había querido posar junto al director del filme, el australiano John Hillcoat. Les separan ciertas desavenencias que fueron la comidilla de los periodistas.

«Soy un hombre muy testarudo», diría después. Ataviado con una sencilla camiseta gris y cargado con una divertida mochila con motivos amerindios, Mortensen presumió de un perfecto castellano con acento argentino. Aludió a la carga filosófica de la novela de McCarthy: «Lo de ser buena persona tiene que ver con una elección propia entre la compasión, o el miedo y el odio; todos podemos hacer cosas buenas y malas».

Entre caníbales

La carretera narra el intenso viaje de un padre y un hijo en búsqueda de la supervivencia en un mundo arrasado por una apocalipsis nuclear. Un soberbio Mortensen lucha desesperadamente por proteger a su hijo de abominables seres humanos convertidos en caníbales. El reto para el protagonista es conservar la cordura y la integridad moral en medio de circunstancias tan angustiosamente adversas. Mortensen, que es padre de un niño, apuntó que si él se encontrara en una situación similar «probablemente trataría de luchar hasta el final» porque es «muy testarudo», pero reconoció: «Nunca se sabe lo que uno puede llegar a hacer en momentos límite».

El actor alabó el trabajo del director de fotografía, Javier Aguirresarobe, fundamental en la creación de un gélido escenario. En referencia a este mundo apocalíptico, magistralmente descrito en el filme, John Hillcoat habló del mundo actual. «Hemos vivido en una burbuja, y recientemente hemos empezado a ser conscientes de los graves peligros que acechan a la humanidad, como el cambio climático o la escalada de violencia a escala internacional».