El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya habla con los periodistas dentro de la embajada brasileña en Tegucigalpa. / Ap
golpe de estado

La OEA y la UE acuerdan que sus embajadores vuelvan a Honduras en apoyo a Zelaya

El regreso del depuesto presidente al país se ha cobrado dos víctimas mortales tras los enfrentamientos con la Policía

TEGUCIGALPA Actualizado: Guardar
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En un gesto de apoyo al depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea han acordado que sus embajadores vuelvan a Tegucigalpa, ciudad que abandonaron tras el golpe de Estado que derrocó a Zelaya. El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, han anunciado esta decisión tras la reunión mantenida en Nueva York con representantes de once países americanos, de la Secretaría General Iberoamericana, de la presidencia española de la UE y de la Comisión Europea.

Han acordado además enviar lo antes posible -a poder ser el viernes o el sábado- una misión diplomática a Tegucigalpa, compuesta por cancilleres americanos, con el objetivo de poner en marcha una mesa de negociación para buscar una salida a la crisis. Todos han decidido atender la petición del Gobierno constitucional hondureño, que ha pedido que vuelvan los embajadores una vez que Zelaya se encuentra de nuevo en el país, con el objetivo de apoyar "sobre el terreno" esa mesa de diálogo. "Ha llegado el momento de regresar y ayudar en la búsqueda de una solución pacífica", ha manifestado Moratinos.

Tras avanzar que su intención es que el embajador de España regrese cuanto antes a Tegucigalpa, ha hecho pública la "preocupación" de la UE y de la OEA ante la "gravedad" de la crisis y volvió a reclamar a las autoridades de facto que eviten que se viole la inmunidad de la embajada de Brasil, donde se encuentra refugiado Zelaya. De hecho, la canciller del Gobierno de Zelaya, Patricia Rodas, les ha informado de la posibilidad de que haya habido un segundo muerto en los disturbios registrados en Tegucigalpa, un sindicalista.

«Propiciar un diálogo abierto»

Insulza considera que el momento actual, con el presidente constitucional de nuevo en Honduras, supone "una gran oportunidad para sentarse a negociar y promover una salida pacífica" que restituya la legalidad en el país. Moratinos ha querido dejar claro que tanto la OEA como la UE mantienen su condena al golpe de Estado y reclaman el restitución de Zelaya y el restablecimiento del orden constitucional. En la reunión se acordó también respaldar la petición de Brasil, en cuya Embajada se encuentra refugiado Zelaya, para que se reúna el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y apruebe una declaración.

El jefe de la diplomacia española ha revelado que habló con la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, quien le ha ratificado que su país está "en plena sintonía" con las gestiones de la OEA y de la UE. De hecho, es Estados Unidos quien se está encargado de las "conversaciones exploratorias", el primer paso que hay que dar antes de convocar una reunión del Consejo de Seguridad. Insulza ha heho hincapié en la importancia de la misión de cancilleres americanos que espera poder entrar en el país lo antes posible, "en la medida en que tengan avión y aeropuerto". Según explica, el gobierno de facto ha dicho que está dispuesto a recibir a esta misión, que estará precedida por "grupo de avanzada" de la OEA, que, si es necesario, entrará en el país por tierra.

Insulza quiso dejar claro que el objetivo de los cancilleres no es certificar de nuevo la gravedad de la situación, sino propiciar el inicio de un diálogo real entre las partes. "Lo único útil es el diálogo", manifiesta. Respecto a la decisión de la Comisión Europea y de Naciones Unidas de no enviar a Honduras observadores electorales, Moratinos se muestra convencido de que si se produce un cambio en la situación que vive el país se volverá a estudiar la presencia de los observadores europeos e internacionales. El ministro español rechaza la posibilidad de que el gobierno de facto hondureño rechace la vuelta de los embajadores, ya que las Embajadas no han dejado de funcionar en Tegucigalpa bajo el mando de los encargados de negocio.