Una especialista inyecta bótox a la pacientes en una clínica privada./ LA VOZ
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Regalos de belleza

La depilación láser, los retoques o incluso el aumento de pecho son ya una alternativa para los cumpleaños

| CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Sesiones de depilación láser, infiltraciones de bótox o un peeling son opciones cada vez más comunes en el catálogo de regalos. De idea original han pasado a clásicos de cumpleaños, Reyes o aniversarios. La estética se ha convertido en un producto más que, además, se vende con facilidad. La bajada de los precios y la gran cantidad de establecimientos de este tipo hacen accesible estas iniciativas cada vez más populares, especialmente entre las mujeres.

Las peticiones más comunes son tratamientos antiarrugas poco invasivos y depilación láser en piernas e inglés, tal como manifestaron varios centros consultados. El doctor Nicolás Maestro, que tiene consulta en Cádiz, asegura que cada vez es más común, aunque los tratamientos de pequeños retoques se han visto afectados por la crisis.

Aun así, «es un detalle diferente», recalca. A la hora de buscar el centro, los clientes se decantan por clínicas solventes que reúnan ciertas garantías. Los tratamientos más demandados oscilan entre los 350 y los 500 euros. Pero también se hacen peticiones de aumento de pecho y liposucciones. Los precios se disparan cuando hay que pasar por quirófano, que es más habitual para los aniversarios y siempre pactado entre ambos cónyuges. El importe suele estar entre 3.200 y 5.000 euros en función del tamaño y la situación personal de la paciente.

Los hombres también reciben este tipo de regalos. La depilación de torso y espalda son los más usuales, junto con tratamientos antiarrugas para los más maduros. Ellos suelen rechazar más la cirugía.

Tanto en un caso como en el otro «es importante estar atento al equipamiento de las clínicas y al personal que trabaja en ellas», aconseja el doctor Javier Fregenal, jefe de servicio de Cirugía Plástica del Puerta del Mar. Según su experiencia, se dan casos de pacientes que llegan al hospital público con complicaciones por infiltración de bótox o ácido hialurónico. «Se trata de quistes o infecciones que son difíciles de tratar». No suele ser habitual, porque «cualquier clínica seria dispone de equipamiento para tratar estos casos», pero no paran de darse y prevé que aumentarán dado la expansión de los centros de estética en la provincia.

Ante todo, el especialista insiste en que «poner una inyección supone un riesgo y cualquier cosa más allá de una pastilla lo tiene que hacer un profesional».