Un grupo de mujeres en la concentración celebrada en Algeciras por la última víctima de violencia machista. / ANDRÉS CARRASCO
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«La insultaba, la amenazaba delante de todo el mundo y le daba patadas»

Los vecinos de La Línea se manifiestan tras el último crimen de la violencia machista y lamentan los múltiples avisos que hubo

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Familiares de Josefa Morente -la mujer asesinada en La Línea- junto a colectivos sociales y responsables del Ayuntamiento linense se concentraron ayer al mediodía en la puerta del Palacio de Congresos, sede temporal de la administración municipal, en señal de protesta por una muerte producida supuestamente a manos de su ex pareja, quien habría prendido fuego a su casa.

Unas 80 personas participaron en la concentración, en la que el presidente de la Asociación contra la Violencia de Género (ACVG), Juan Carlos Caro, destacó la «importancia» de que las víctimas de malos tratos pidan protección policial y de que no la rechacen cuando se les ofrece. «La mujer no aceptó la protección y no cambió la cerradura de la casa sabiendo que el marido tenía la llave», dijo Caro, quien matizó que «no se trata de culpar a la fallecida, sino de que no se repita lo ocurrido».

La coordinadora provincial del Instituto Andaluz de la Mujer, Dolores Virués, también asistió. Al término del acto comentó que «no hay que minimizar las amenazas. Si se rechaza la protección policial, como parece ser ha ocurrido en este caso en tres ocasiones, poco se puede hacer».

Por su parte, la consejera para la Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro, garantizó ayer que el pago del entierro de la víctima, que tendrá lugar hoy a las once y media de la mañana; «no será ningún problema. Hay que llamar las cosas por su nombre y esta mujer fue brutalmente asesinada». En este sentido, indicó que los hechos «estuvieron a punto de ser una tragedia porque en estos momentos hay una menor y otra persona hospitalizadas».

Se trata de dos hijas de la fallecida, de dos y 19 años, que están ingresadas con pronóstico muy grave en el hospital Virgen del Rocío (Sevilla). Fuentes hospitalarias informaron ayer que la chica mayor permanece ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos de Traumatología con el 42% de la superficie corporal quemada; mientras que la niña está en la UCI de Infantil con quemaduras en el 20% del cuerpo. Las dos pacientes precisan de ventilación mecánica.

La teniente de alcalde de Servicios Sociales, Inmaculada Olivero, relató que en noviembre de 2008 Josefa Morente interpuso una denuncia y se determinó judicialmente el alejamiento del presunto agresor. Esa orden se confirmó como pena en febrero, cuando fue procesado el supuesto asesino, J. M. E., por violencia doméstica. El pasado 7 de junio incumplió la orden y la víctima insistió en rechazar el protocolo de protección policial establecido.

En los Servicios Sociales municipales no consta que Josefa Morente fuese al Centro de Información a la Mujer para denunciar las amenazas recibidas, «pero sí lo hizo por otros asuntos que para nada hacían presagiar este problema».

Asistencia psicológica

Los Servicios Sociales del Ayuntamiento «están a la disposición de la familia para cuanto puedan necesitar. Como primer paso, este jueves un psicólogo estuvo con los familiares, siendo el encargado de decirle a una de las hijas el fatal desenlace».

Una segunda concentración se improvisó a la puerta de los juzgados linenses, donde se esperaba la llegada del presunto asesino, que pasará a disposición judicial hoy. Una amiga de la fallecida aseguró que el detenido comenzó a maltratar a su esposa desde hace un mes y medio. Pese a que existe, al menos, una denuncia de noviembre y una sentencia condenatoria dictada en febrero. Esta mujer aclaró que la joven de 19 años era hija de la fallecida de un matrimonio anterior, mientras que la niña de dos años, es del detenido.

Una familiar añadió que recientemente «había maltratado» a las dos hijas mayores y que en el momento del incendio había seis personas en el domicilio. «La insultaba, la amenazaba delante de todo el mundo, le daba patadas», sentenció otra vecina. «Cuando lo del incendio alguien le dijo que su casa estaba ardiendo y él contestó que ya lo sabía».

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