ADN ‘jerecista’

Cuatro jerezanos y un barbateño pasan a la historia como los primeros canteranos en ascender a la Liga de las Estrellas

Jerez Actualizado: Guardar
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Ellos pueden decir a boca llena que aman los colores azulinos, que sienten el peso de la responsabilidad histórica cuando se plantan el escudo del Deportivo en el pecho porque ellos lo llevan en el ADN y en el DNI. Son jerezanos y desde que empezaron a corretear por las calles del Chicle, el Polígono o Ciudasol soñaban con jugar en Primera, en llevar a la máxima categoría del fútbol español al equipo de su tierra. Jesús Mendoza Aguirre (23-2-77), Pedro Ríos Maestre (12-12-81), Juan Antonio Portela Muñoz (22-10-84), Francis Jesús Pérez Malia (17-12-81) y Toni Lechuga Mateos (5-5-87). Cinco jugadores de la tierra que pasarán a la historia y que colocan sus nombres con letras de oro dentro de un vestuario que será recordado por todo el xerecismo a través de los tiempos.

En el siglo XXI, en la que la profesionalización y la globalización se ha apoderado del mundillo del balón, lo de amar unos colores se ha convertido en una metáfora, una frase hecha, un topicazo más del fútbol que sólo tiene sentido cuando sale de la boca de jugadores como ellos, que han curtido sus sentimientos a base de horas y horas en la grada de Chapín (lo del Domecq les coge demasiado lejano).

De Perdigones a Esteban

Portela, que es de los más jóvenes, lleva en la casa azulina «desde los ocho años» y su mayor aspiración «siempre ha sido lograr llegar a Primera con el equipo de mi tierra», con el Xerez Deportivo. «Futbolísticamente hablando, es mi sueño», la ilusión de un jugador que todavía recuerda su primer día como xerecista: «Yo venía de la escuela de fútbol, donde me formé con Perdigones. Nos llamaron a las oficinas del club, que estaban junto al campo de las bombonas, y firmé mi primera ficha. Me acuerdo perfectamente porque estaba allí Julio Pineda y todavía tengo aquella foto en casa».

Pedro Ríos no ha pasado toda su infancia en el conjunto azulino. Él estuvo «en la escuela y en los benjamines del Xerez» para luego pasar por diferentes equipos de la cantera jerezana, pero de cualquier manera, opina que «el ascenso es lo más grande que he vivido y viviré en el fútbol. Este era mi sueño y considero que todos los jugadores de la tierra estamos sintiendo algo especial porque hemos pasado muchos días en la grada ilusionándonos con lograr algo grande en el césped de Chapín».

El caso de Francis es especial. Nació en Barbate allá por el año 1981, pero tras muchos años en la cantera xerecista dice sentirse como «un jerezano más. Llegué muy joven aquí y me acogieron con los brazos abiertos. Creo que ya nos merecíamos esto después de todos los años buenos y malos que hemos pasado aquí». Fran aterrizó en Jerez con dieciséis años y recuerda «perfectamente» el día en que se pasó por las oficinas de la entidad para firmar su vinculación al Deportivo: «El club estaba en la calle Paul y aquel primer año no se me olvidará porque era la primera vez que salía de mi casa. A pesar de mi juventud, el primer objetivo era llegar al primer equipo. Después he ido quemando etapas y al final hemos llegado a lo máximo». Algo que le ha quitado el sueño durante mucho tiempo pues reconoce que «especialmente durante los dos últimos meses me he acostado todos los días pensando en cómo será la Primera División. Todo esto es muy bonito porque estoy viviendo una cosa que jamás había pensado que disfrutaría. Por si fuera poco, nosotros vamos a ser los primeros, por lo que la alegría es doble».

También será muy especial para Toni, pues al joven portero le ha cogido todo esto demasiado pronto. «Uno nunca sabe cuando le pueden llegar estas cosas, pero lo que está claro es que siempre pelea por alcanzar este tipo de sueños».