Messi sentenció con un remate de cabeza tras un centro medido de Xavi. / AFP
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El Barça alcanza la leyenda

Los goles de Eto’o y Messi contra el Manchester United (2-0) sirven para sumar la Liga de Campeones a la Copa del Rey y la Liga por primera vez en su historia

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La campaña del FC Barcelona ha terminado en la noche romana de la mejora manera posible. La tercera Copa de Europa, el debut del Guardiola con matrícula de honor en el banquillo y el primer triplete del club suman algunos de los ingredientes para componer un año glorioso y casi irrepetible. En el capítulo final se las ha visto con el vigente campeón, el mejor rival en Europa, un conjunto que siempre afronta los partidos con valentía y que acrecienta los méritos de los blaugrana.

No obstante, con malos síntomas empezó el partido para el Barça. Apenas habían pasado un puñado de minutos y Cristiano Ronaldo había probado la templanza de Víctor Valdés y la defensa blaugrana, aunque el de Funchal no había encontrado el gol. Además, los de Ferguson habían arrebatado el balón a los de Guardiola con un ritmo frenético y no se avistaba una vuelta al equipo que había deslumbrado apenas una semanas antes.

Sin embargo, apareció Eto’o en el minuto 9 para dar la vuelta a todo lo ocurrido hasta entonces. En un mano a mano con Vidic recurrió al disparo rápido de la puntera y señaló el primer gol y el primer paso hacia el título. Para el equipo inglés resultó tan sobrecogedor e imparable como el choque de un tsunami contra la costa.

El United todavía mantuvo por inercia el control del partido pero el tanto del camerunés había cambiado las sensaciones. La tarjeta amarilla a Piqué y la omnipresencia de Cristiano Ronaldo en todas las oportunidades inglesas no fueron suficientes para que el equipo de Manchester mantuviera su estilo. Los británicos fueron perdiendo fuelle y decisión con su dominio y esfuerzo infructuoso en la presión y terminaron replegándose para que el Barça recuperara el fuelle antes del descanso. Incluso Messi avisó en el minuto 44 con un nuevo disparo que se acercó al gol.

A la salida de los vestuarios Ferguson decidió cambiar de nuevo el ritmo para favorecer al United con la entrada de Tévez en lugar de Anderson. Sin embargo, el Barcelona ya había adquirido su rutina habitual y la sobriedad para imponer sus características. Las tornas habían cambiado y era Van der Saar quien evitaba la sentencia en un mano a mano con Henry y su poste en el lanzamiento de una falta por parte de Xavi.

La solución, en la cabeza de Messi

Sin premio en sus avances, los de Guardiola se volvieron prudentes y compartieron la posesión con el United. La respuesta del técnico escocés fue dar entrada a Berbatov en lugar de Park para formar con cuatro delanteros en su asedio (Rooney, Ronaldo, Tévez y el búlgaro). Pero de nuevo el Barça le respondió de manera tajante. Xavi ajustaba su punto de mira y su centro al área era rematado de cabeza por Messi a gol. El segundo tanto del partido sabía a sentencia definitiva.

Los mimbres de la tercera Copa de Europa terminaron de apuntalarse con la entrada de Keita en lugar de Henry y una nueva ocasión de Cristiano Ronaldo erradicada por Valdés. El portugués, ubicuo y persistente protagonista de su equipo en el ataque vivía una nueva frustración en su pesadilla en Roma para deleite de los soñadores barcelonistas. La armonía del Barça ya era irrefrenable.

Al final, lo que había empezado con la incógnita de las habilidades del Barcelona concluyó con un refuerzo de sus raíces futbolísticas y el tercer título de su historia en la máxima competición continental. Por primer vez el club suma el campeonato local, la Copa del Rey y la Liga de Campeones, un legado para recordar coronado en la Ciudad Eterna.