Una denuncia falsa para ocultar el sacrificio de los perros de la pareja italiana

Este asunto pasó a un segundo plano, desplazado por una protesta que se produjo en Cádiz en octubre de 2007 y que desembocó en la detención e ingreso en prisión de un ciudadano italiano. Este hombre y su mujer encabezaron una manifestación que exigía el cierre de la perrera y aprovecharon la celebración de la festividad de la Patrona de Cádiz para abroncar a la alcaldesa Teófila Martínez.

La instructora le da la razón en cuanto a los motivos que enervaron a esta pareja, que había confiado a El Refugio el cuidado de sus tres perros y sólo le devolvieron el cadáver de uno de ellos, «ya que los otros dos canes fueron incinerados», según indica el auto judicial.

El sacrificio a manos de uno de los veterinarios imputados se sitúa en la mañana del 17 de septiembre, cuatro días después de que los animales ingresaran en el centro. Ese mismo día, el imputado denunció que unos desconocidos habían entrado a escondidas en la perrera, habían abierto las jaulas, provocando que varios canes se enfrentaran entre ellos. El veterinario dijo a la Policía que estaba preocupado porque uno de los siete perros que amanecieron muertos pertenecían a una pareja que también había perdido otros dos, que le constaban como desaparecidos.

Esa denuncia recayó en la misma jueza, que la archivó al poco tiempo. Ahora le imputa al veterinario un delito de denuncia falsa y se basa en el cadáver del can, al que no le hallaron heridas ni golpes que podrían haber justificado una pelea entre perros.