ANÁLISIS

Con los deberes hechos

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La gripe está propiciando en los últimos años una situación que rememora el famoso cuento del pastor y el lobo. Algunas voces se alzan augurando desastres y otras transmitiendo ‘mensajes de tranquilidad’, con el consiguiente desconcierto. Esto ocurrió con la gripe aviaria y ahora sucede con la gripe porcina. El virus causante del problema es una variante del A/H1N1 que hasta ahora no había afectado a humanos, pero que parece haberse adaptado (mutado). Esto explica la rápida evolución del brote y su transmisión de ganado porcino a humanos, existiendo también aparentes contagios entre personas en México y EE UU. De ahí surge el temor ante una pandemia. ¿Qué hacer ante esto?

En primer lugar es preciso señalar que esta gripe no se contagia a la gente mediante el consumo de carne de cerdo o de otros derivados, siendo esencial recordar que es importante cocinar bien los alimentos (el virus de la gripe porcina es eliminado a temperaturas de 70º C). En cuanto a las personas que tenían previsto viajar a los países inicialmente afectados deberán seguir los consejos que dicten la OMS y el Ministerio de Sanidad. Aunque por el momento la información epidemiológica es un tanto confusa, parece prudente esperar a que la situación se clarifique.

Si ya se está en una zona de riesgo, la transmisión se puede evitar mediante sencillos hábitos preventivos, tales como mantenerse alejados de las personas que tengan infección respiratoria; lavarse las manos con agua y jabón; mantener limpios los utensilios de cocina y baño, juguetes, teléfonos u objetos de uso común; no compartir alimentos, vasos o cubiertos; evitar los saludos con besos o dando la mano; y permitir la ventilación y entrada del sol en los lugares cerrados, en los que se desaconseja, en todo caso, el consumo de tabaco.

En cuanto a las autoridades y profesionales sanitarios, más que estar preocupados hemos de estar ocupados en afrontar el reto. Las medidas, de acuerdo a los protocolos internacionales, han de ir encaminadas a la prevención del contagio y a la detección precoz de aquellos casos de personas que reúnan los síntomas propios de la gripe y que hayan viajado a las áreas afectadas en los últimos días. Necesitamos asegurar la adecuada vigilancia, investigación, medidas de protección, planificación y una buena base profesional, además de coordinación internacional y el trabajo en equipo. El término gripe procede del suizo-alemán ‘grûpen’, que viene a significar encontrarse mal, temblar de frío o estar enfermizo. También acurrucarse. Es importante que, llegado el momento, la gripe no nos sorprenda acurrucados sin haber hecho los deberes.