muere chano lobato

La SGAE lamenta la muerte del "maestro del cante jondo"

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La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) expresó hoy sus condolencias por el fallecimiento, ayer en Sevilla a los 82 años, del autor y cantaor gaditano Chano Lobato, al que se refirió como maestro del 'cante jondo', tal y como lo definió el flamencólogo José Manuel Gamboa.

Según recordó la SGAE, Chano Lobato, quien tenía registradas en la sociedad más de medio centenar de obras como letrista, comenzó su carrera "como los grandes genios" de una manera "precoz", cantando por diversión siendo un niño junto a La Perla de Cádiz y Jineto.

En sus primeros años en el mundo del flamenco frecuentaba la 'Venta de Vargas', donde se codeó, entre otros, con el maestro gaditano Aurelio Sellés. A principios de los 50 comenzaba a fluir su carrera, y en 1953 obtenía el premio del II Concurso Nacional de Cante por Alegrías. Además, fuera de su Cádiz natal, empezó a curtirse en los círculos profesionales de Sevilla, Barcelona y Madrid, donde se incorporó a los tablaos 'El Duende' y 'Arco de Cuchilleros', donde acabaría por convertirse en la primera figura del cante para bailar.

Reconocido como tal, recorrió los principales escenarios nacionales e internacionales acompañando a Alejandro Vega, Manuel Vargas, Matilde Coral y, sobre todo, a Antonio el bailarín. Con él estuvo dieciséis años, hasta que se decidió a dar el salto como cantaor solista a finales de los 70. Así las cosas, en 1974 ganaba el Premio Enrique el Mellizo del Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba y poco después comenzaba una aventura televisiva gracias al espacio Flamenco de TVE.

Ya en los 80 el cantaor alcanzaba definitivamente el grado de maestro del arte jondo, como lo definía el flamencólogo José Manuel Gamboa. Mitos de distintas épocas, como Caracol y Camarón, declararon públicamente su admiración por él.

Aunque su faceta del cante 'festero' ha sido la más conocida, Chano Lobato ha dominado todos los palos. Máximo representante del cante gaditano, sus interpretaciones por tanguillos han elevado éste a la categoría de cante noble. En su larguísimo repertorio ocupan un lugar destacado sus recreaciones flamencas de la copla y la canción hispanoamericana, que le otorgaron gran visibilidad y cariño por parte del público.

Entre los numerosos reconocimientos a su carrera destacan el Compás del Cante que le otorgó la crítica, la Medalla de Plata de Andalucía, un Premio Ondas, el nombramiento como Hijo Predilecto de Cádiz o, recientemente, el Premio Pastora Pavón 'Niña de los Peines', por "su talento, cante y generosidad".

En lo personal, formó también una familia con mucho arte junto a su mujer, la bailaora Rosario La Chana, y sus hijos los tocaores Antonio Ramírez y Chanito o Chano Ramírez