MAESTRO. Una vez más el capitán demostró su categoría y además logró un tanto que le hace pasar a la historia. / EFE
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Raúl desatasca al Real Madrid

Con su gol abrió el camino de la sexta victoria consecutiva de los blancos El Numancia pagó la eficacia de un equipo que sigue sin fútbol

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Raúl, con el tanto que marcó en la primera ocasión que tuvo y con el que empató a Di Stéfano como máximo goleador del Real Madrid, desatascó al campeón en el difícil campo del Numancia, el único equipo que ha conseguido derrotar esta temporada al invencible Barça. El Numancia tuvo que rendirse ante la eficacia de un Madrid que a falta de fútbol apela al resultadismo y ya lleva seis victorias consecutivas. El juego blanco es muy triste, pero si lo que quiere Juande Ramos son triunfos, debe estar más que satisfecho. La afición madridista no puede estarlo con el juego de su equipo, que ofreció una pésima primera parte en la que tuvo que dar las gracias al poste, aunque en la segunda mitad le bastaron dos jugadas aisladas para romper el orden defensivo del Numancia, sentenciado por la calidad de los blancos arriba.

Mal, muy mal estuvo el Madrid en la primera mitad, en la que tuvo suerte de no encajar ningún gol. Le salvó el poste, pero lo peor fue la sensación que dio, la de ser un equipo que, aparte de sufrir en defensa, estuvo totalmente desubicado, sin velocidad, y con un único futbolista desequilibrante. Sólo Robben, y en Los Pajaritos, ante un Numancia todo orden que achicó los espacios y no dejó de encimar, el holandés no pudo irse en el primer tiempo ni una sola vez para meter algo de miedo. Al resto ni siquiera les llegaron balones. Los blancos no consiguieron entonces dar más de dos pases seguidos. Por si no tenían ya suficientes problemas en la creación, en terreno soriano el Madrid estuvo además sin banda izquierda, ya que Juande retiró al nulo Sneijder de esa posición para llevarlo al centro y el Madrid no dejó de golpearse una y otra vez contra el muro de la organización local.

Fiado al individualismo

El Madrid lo fió todo a una acción individual, a algún disparo desde media o larga distancia, y sin un ápice de fútbol, quedó retratado por un Numancia que pese a sus grandes limitaciones sabe a lo que juega. El Madrid, sólo a intentar sacar los resultados adelante. Pobre objetivo para un equipo que pretende ser este año, sin motivos futbolísticos a los que agarrarse, campeón de Europa, y en la Liga al menos asegurar la segunda plaza. Frente al incómodo Numancia, y aunque no hubo nieve ni lluvia, como se había anunciado, necesitaba mucho más. También un ánimo superior, y pudo dar las gracias a que por la izquierda Barkero no exigió más a Sergio Ramos, porque el sevillista se jugó la expulsión en un par de ocasiones. El caso es que al final el que tuvo que abandonar antes de tiempo fue Gago, aunque con una rigurosa expulsión cuando el partido ya estaba resuelto.

Llegó el Madrid con tranquilidad a esa recta final porque se lo permitió, por encima de todos, Robben, que dio origen a la acción que acabó en el histórico gol de Raúl tras un remate de Higuaín, y poco después, en otra jugada personal de crack, escorándose desde la derecha hasta el centro, para mandar un zapatazo con la zurda al que no podía llegar el guardameta. Así de simple, aunque no fuese merecido para el Numancia. Dos zarpazos, y dos goles. El Numancia ya estaba hundido anímicamente, y el Madrid, acostumbrado a lidiar con el marcador a favor, controlando la situación. Nadie puede discutir la racha ganadora desde que se marchó Schuster. Después de haber sufrido tanto por la reciente crisis, en estos momentos debe ser suficiente, aunque a este Madrid se le tiene que exigir mucho más. Sobre todo, mejor fútbol, porque aburre demasiado.