El presidente Obama y el vicepresidente Biden, tras anunciar la creación de un grupo de trabajo que se encargará de proponer medidas que favorezcan a la clase media. / Ap
crisis financiera mundial

La economía de EEUU confirma la recesión al contraerse un 3,8% en el último trimestre de 2008

Es la mayor caída del Producto Interior Bruto desde comienzos de 1982

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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La economía de Estados Unidos se contrajo a un ritmo anual del 3,8% en el último trimestre de 2008 y creció un 1,3% en todo el año, según datos del Departamento de Comercio. La mayoría de los analistas había calculado que la contracción sería superior, del 5,4% entre octubre y diciembre. Pese a que no ha sido para tanto, la cifra registrada es la mayor contracción desde el primer trimestre de 1982.

Entre julio y septiembre del pasado año la mayor economía del mundo se contrajo un 0,5%, por lo que ya se han registrado dos trimestres consecutivos de caída en el crecimiento. Si bien técnicamente se requieren tres trimestres de contracción para que haya una recesión, la Oficina Nacional de Economistas de EEUU dictaminó hace unos meses que la recesión comenzó en EEUU en diciembre de 2007, a la vista del deterioro de varios indicadores, entre ellos el empleo.

Junto a la evolución del Producto Interior Bruto (PIB), el Gobierno ha dado datos de la evolución del índice de precios del consumidor, un indicador de la inflación al que se presta mucha importancia. Este índice se moderó y registró en el ultimo trimestre una subida, excluidos los alimentos y los combustibles, del 0,6%, frente al 2,4 del trimestre anterior. En todo los precios se han incrementado un 2,2%.

El aumento de los inventarios de las empresas contribuyó en 1,3 puntos porcentuales al crecimiento del PIB, con lo que se compensó en parte la caída del gasto de los consumidores, que fue del 3,5%. En el trimestre anterior, el gasto de los consumidores se había reducido en un 3,8%. Otros factores que contribuyeron al PIB fueron el aumento de las exportaciones y las devoluciones de impuestos que el gobierno hizo llegar a más de 130 millones de contribuyentes a mediados del año pasado, y que le supuso el desembolso de unos 168.000 millones de dólares.

En busca de apoyos al plan de estímulo

Desde el primer trimestre de 1982, cuando la Reserva Federal puso cota a los préstamos bancarios para frenar la inflación, la economía estadounidense no había registrado una caída tan pronunciada. En aquella ocasión fue del 6,4%.

Las cifras dadas a conocer hoy alientan el debate sobre la necesidad de lanzar un ambicioso plan de estímulo que reactive el consumo y la inversión en el país. A juicio de Cristina Rohmer, presidenta del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, es necesario "un estímulo fiscal enérgico, bien diseñado" para dar la vuelta a "este grave declive y para devolver la economía al camino del crecimiento". La Casa Blanca defiende un plan que esta semana ya recibió el visto bueno de la Cámara de Representantes y está aún pendiente de debatir en el Senado.

El plan está dotado con cerca de 819.000 millones de dólares, de los que cerca de 275.000 millones se destinarían a recortes de impuestos y en torno al medio billón, a inversiones en infraestructuras, energía, nuevas tecnologías y educación. La Casa Blanca sostiene que con este proyecto será posible crear o evitar la pérdida de entre tres y cuatro millones de empleos.

La oposición republicana se opone a la medida al reclamar mayores recortes fiscales y opinar que buena parte de las inversiones representan un despilfarro y harán poco por estimular la economía real o crear puestos de trabajo.