El Rey saluda a Sarkozy antes de su última reunión en el Elíseo./ EFE
aniversario real

Árbitro en España y mediador internacional

El Rey cumple 71 años rodeado de su familia

MADRID Actualizado: Guardar
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La mediación del Rey en la Transición para legalizar todos los partidos o su actuación en el 23-F es de sobra conocida, pero hay otras que no lo son tanto como las que realizó en los 33 años de reinado para limar asperezas entre Gobierno y oposición o su papel para propiciar la paz en Oriente Próximo o acercar a los países de Iberoamérica.

Algunas de las tareas arbitrales del Rey, que hoy cumple 71 años, se iniciaron nada más llegar a la Jefatura del Estado para conseguir que la democracia se instalara en España y que este país fuera reconocido internacionalmente, según distintas fuentes diplomáticas. Fue el impulsor de conversaciones en el exilio con dirigentes del Partido Comunista de España y del Partido Socialista para poder terminar con las dos Españas y también para ganarse al Ejército, durante un tiempo reticente a tan drásticos cambios.

Esa labor continuó a lo largo de los años. En más de una ocasión llamó al jefe del Ejecutivo y al líder de la oposición a sentarse frente a frente para dialogar, como en el caso de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, asegura una de las fuentes.

Mediador internacional

Don Juan Carlos facilitó a los distintos presidentes de la democracia- desde Adolfo Suárez a José Luis Rodríguez Zapatero- las relaciones internacionales, siempre dentro de los poderes que le otorga la Constitución de arbitrar y moderar el funcionamiento regular de las instituciones, según en el artículo 56 de la Carta Magna.

En noviembre de 2004, el matrimonio Bush recibió a los Reyes en el rancho Crawford para templar las relaciones bilaterales alejadas por la decisión del Gobierno español de retirar las tropas de Irak. Pero ya antes, en 1997, el Monarca había invitado a Bill Clinton a navegar en su yate Fortuna por Mallorca. El entonces presidente estadounidense se llevó la sorpresa de que había un invitado más, José María Aznar.

La embajada del país norteamericano protestó argumentando que se trataba de un encuentro bilateral a lo que un portavoz de la Casa del Rey le respondió que era el barco de Don Juan Carlos e invitaba a quien quería, al menos así lo contó el rotativo New Yorker.

Respetado y admirado en el mundo

En otros momentos la mediación del Rey ha sido más aplaudida por su repercusión mundial, como cuando intervino reiteradamente para que se aboliera la pena de muerte en países como Filipinas - y para evitar la ejecución de españoles en otros países- o cuando promovió la celebración de las cumbres iberoamericanas.

El presidente de Chile en 2005, Ricardo Lagos, aseguró en la Cumbre de Salamanca que, mientras el Rey había dedicado sus primeros quince años como jefe de Estado a construir una España moderna y democrática, los quince siguientes se volcó en levantar una comunidad iberoamericana que se proyectase en el siglo XXI.

Algunos países han recurrido a la mediación del Rey, como Colombia en su contencioso con los grupos guerrilleros o la disputa entre Argentina y Uruguay por la puesta en marcha de una planta papelera en este segundo país. En 2005 intervino ante Mohamed VI de Marruecos para permitir la devolución de inmigrantes subsaharianos al país magrebí, con el que le unen relaciones de profunda amistad, que permitieron desbloquear situaciones complicadas como la invasión del islote español de Perejil.

Clave en el proceso de paz de Oriente Medio

Su preocupación por Oriente Próximo hizo que propiciara la celebración en Madrid, en 1991, de la Conferencia de Paz de Oriente Medio donde tuvo la oportunidad de reunirse con los líderes mundiales implicados en el proceso, actuaciones que también ha desplegado en situaciones como la crisis en el Golfo Pérsico o solicitando la solidaridad internacional con Jordania.

Su influencia internacional sirve para que las compañías españolas se abran camino en el mercado mundial y los inversores acudan a España. No hay un sólo viaje de Estado en el que no figure un encuentro empresarial. Don Juan Carlos intervino también para conseguir que los Juegos Olímpicos se celebrasen en Barcelona en 1992 o la exposición universal ese mismo año en Sevilla.