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CRISIS. Manuel Acosta y su directiva se reunión ayer con los socios del club isleño. / ROMÁN RÍOS
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La directiva y la afición isleña deciden ir de la mano para salvar a la entidad

Los cerca de 200 socios que asistieron a la asamblea general mostraron su apoyo para tratar de paliar la grave situación económica que azota al equipo

DANIEL ANELO MORENO
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La masa social del San Fernando colaborará en todo lo que esté en su mano para tratar de insuflar un halo de vida a un club que se muere por día que pasa. Es lo que se puede sacar en claro de todo lo acontecido en la asamblea general extraordinaria celebrada ayer en la Casa de la Cultura, a la que asistieron unos 200 socios aproximadamente. En dicho acto se aclararon con pelos y señales todas las cuestiones en el apartado económico que acucian el día a día de la entidad.

El presidente Manuel Acosta comenzó detallando los gastos y los ingresos que se habían realizado en la presente temporada a fecha de 18 de noviembre. Acto seguido pasó a desglosar la situación por la que atraviesa la entidad, que “ahora mismo podemos decir que es dramática”.

A perro flaco todo son pulgas. Si ya era de por sí delicada la situación, ahora hay que sumar un nuevo contratiempo. Y es que en el medio día de ayer llegaba al club la noticia de que le ha sido embargada la subvención de 72.000 euros del ayuntamiento, a cuenta de la denuncia por parte de Moisés Carreras. Un dinero con el que se contaba a primeros del nuevo año y del que, de momento –existe la posibilidad de recurrir judicialmente el embargo, según explicó Gonzalo García de Polavieja, asesor jurídico–, no se va a poder disponer. El caso es que el citado ex futbolista sevillano exige cobrar los dos años de contrato que le quedaban cuando se le despidió por petición popular; dos años en los que no ha prestado sus servicios a la entidad y por los que reclama una cantidad que ronda los 66.000 euros. Carreras tenía en su poder un documento por el que, en caso de que el club no hiciera frente al pago de las mensualidades, se procedería al embargo de la subvención municipal, y así se ha producido. “A las 13.28 horas de hoy nos ha llegado esta noticia. Es un dinero con el que contábamos a primeros de año y que ya no vamos a tenerlo a nuestra disposición”, relataba Acosta, bastante consternado.

Además de esta cantidad, también están embargados los derechos federativos, así como los derechos de televisión por los que el club debería de haber ingresado 15.000 euros.

También se informó de que la deuda con la Seguridad Social asciende a 766.000 euros, alrededor de 300.000 más de lo que se contaba en un principio. Una parte importante de dicho montante corresponde al impago por parte del club de los derechos de seguridad social de los ex jugadores Ángel Oliva y Mario Garduño (un portero que no llegó siquiera a debutar), que reclamaron a la mutua sus derechos por haberse lesionado mientras eran jugadores del San Fernando. Se está gestionando la posibilidad de aplazarla para poder abonarla en diez años, una medida que parece que hay muchas posibilidades de que llegue a buen puerto. El club abonó 10.000 euros a dicho organismo estatal a comienzos de la temporada, y esa buena predisposición parece que puede servir para obtener el margen necesario.

Además, la directiva se encuentra atada de pies y manos ante la AFE y no podrá realizar fichajes en el mercado de invierno debido a las denuncias de David Navarro y Raúl Silveira –ahora en el Sanluqueño- por las cantidades que se les adeuda de su paso por el club. Eso, teniendo en cuenta la posibilidad de que algunos de los jugadores de la actual plantilla puedan pedir la carta de libertad el próximo mes ante la incertidumbre que impera en el seno de la entidad. “Si me vienen los jugadores pidiéndome la carta de libertad no tendré más remedio que acatarlo, ya que no puedo darles garantías de que vayan a cobrar”.

Todo ello, sumado a los 378.000 euros que se adeuda a la plantilla por la temporada pasada, hacen que el club cuente con una rémora de alrededor de 1.200.000 euros. No obstante, tal y como aclaró Polavieja en su intervención, está por ver cuáles de esas deudas son a las que realmente va a tener que hacer frente el club. “Estamos estudiando el caso a fondo ya que el club siempre ha estado indefenso ante todo lo que le ha venido. Todo lo que llegaba a la sede iba al cajón y no se ha hecho nada. Habrá que ver cuáles son las deudas a las que el club está realmente obligado a hacer frente, de todas las que se les exige en las denuncias”. Por ello, quedó claro que lo más inmediato es hacer frente a las nóminas de la actual temporada para llegar al final con vida, y ya la temporada próxima ajustar el presupuesto a los ingresos que se generen. El hecho es que, aunque se está trabajando en diversos frentes para conseguir dinero y se anda en negociaciones con diferentes espónsors, a día de hoy las arcas del club están prácticamente vacías y ya, de momento, no se ha podido hacer frente todavía a la nómina de noviembre.

Ante la situación tan delicada se plantearon diversas alternativas, todas ellas con el beneplácito de la representación de los socios que asistieron a la cita. Entre ellas está la de que todos aquellos que lo deseen puedan condonar voluntariamente su abono, entregarlo en la sede social y asistir a cada encuentro pagando a un precio especial su entrada. Serían 15 euros en Tribuna y 12 en Preferencia. Se aprobó también por mayoría absoluta la imposición de dos nuevos días del club, así como una novedosa medida que se ha llamado ‘El club de los 100’, por la cual la directiva está gestionando la posibilidad de que diversos socios y empresarios de la ciudad puedan realizar una aportación de 500 euros.

Los socios, a su vez, reclamaron a la junta directiva que comience los trámites para efectuar las denuncias a Delfín Cañas y Ángel Serrano, los anteriores responsables, por una mala gestión de los fondos y por la desaparición de los libros de cuentas, así como por el compromiso incumplido de hacer frente a la deuda que ellos mismos contrajeron en la anterior campaña. Los responsables tomaron nota y se pondrán manos a la obra para llevar a juicio el caso.

Estas y otras propuestas centraron la mayor parte del tiempo de la asamblea, que se prolongó por el espacio de dos horas. En este tiempo se produjeron también momentos de tensión. Y es que se planteó el hecho de que los jugadores tuvieran un acto de compromiso y rebajasen la cuantía de sus nóminas. Fue entonces cuando salieron a la palestra Antonio Iriondo y Canito, socios del club y componentes de la plantilla. Ambos coincidieron en señalar que la situación de la plantilla es dramática y que ya no pueden ceder más, reconocieron que sus nóminas son desorbitadas pero que la responsabilidad es de quienes las firmaron y reiteraron que están poniendo todo lo que está en sus manos para sacar la situación adelante.

“Cómo narices voy a decirles yo a los jugadores que tengan más detalles de los que han tenido, si de los últimos doce meses sólo han cobrado cuatro, y aún así afrontaron un play off, lo ganaron y ahora se están partiendo la cara por el equipo en Segunda B. No se trata de que queramos dar pena, y somos conscientes de que las nóminas son desorbitadas para lo que puede permitirse el club, pero no fuimos nosotros los que negociamos esos contratos, y tampoco podemos rebajar la cantidad de un dinero que ni siquiera estamos cobrando”, argumentó el entrenador, sensiblemente afectado.

Tanto él como el capitán destaparon que, en su día, el vestuario propuso hacer una cooperativa para salvar la entidad y que, ante la dificultad del proceso, terminaron por decidir bajar el 15% de sus emolumentos a condición de recibir el dinero de los pagarés por la temporada pasada. Salió también a la palestra que el club estuvo cerca de desaparecer antes de comenzar la temporada y que se retiraron las denuncias para que se pudieran cursar las fichas, así como que hay jugadores que cuentan con ofertas de otros clubes, alguno de ellos “de más dinero del que se les ha firmado aquí, y aún así no se han ido”, según comentó Canito.

El caso es que la situación está adoptando cada vez tintes más dramáticos y que se hace necesaria una intervención inminente para evitar que todo se vaya a pique. De momento, queda el compromiso de directiva y afición de remar en la misma dirección para luchar para que el barco no se hunda.

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