DERROTADO. El primer ministro bávaro, Günther Beckstein, tras depositar su voto . / REUTERS
RESULTADOS

Toque de atención a Merkel en Baviera

Los malos resultados obtenidos por la CSU en su feudo histórico hacen tambalear la fortaleza de los democristianos alemanes

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La Unión Socialcristiana alemana (CSU) sufrió ayer la peor debacle electoral de su historia, al obtener sólo el 43% de los votos en los comicios de Baviera. Después de gobernar durante 42 años el más grande y próspero estado germano con una cómoda y envidiable mayoría absoluta, el revés en las urnas obligará al partido conservador a buscar un aliado para mantenerse en el poder. El descenso de la CSU, que fue calificada como «un verdadero desastre» por los comentaristas políticos, permite prever con un año de antelación el incierto horizonte que le espera a la actual canciller, Angela Merkel, cuya permanencia al frente del Gobierno depende en gran parte de la solidez de la formación bávara. No hay que olvidar que en 2009 confluyen elecciones municipales, presidenciales y europeas; además de cuatro regionales. Lo que supondrá un duro y extenso examen para la canciller y su partido, que ayer se agravó.

La caída de la CSU ha sido espectacular. Hace cinco años, el partido obtuvo un excelente 60,7% de los votos y la fortaleza de la formación que entonces dirigía Edmund Stoiber fue crucial para el posterior triunfo de la líder democristiana en las elecciones federales de 2005. «Es un día difícil y una jornada negra para la CSU», admitió Erwin Huber, el jefe del partido, al resumir en pocas palabras el nefasto resultado obtenido.

«Fracasamos a la hora de movilizar al electorado de la clase media que ha votado a favor de un gobierno de coalición», dijo, por su parte, Günther Beckstein, el actual jefe del gobierno bávaro. «Tendremos que digerir esta manzana amarga», añadió.

Aunque los dos líderes reiteraron su decisión de mantenerse en sus respectivos cargos y de estar preparados para dirigir las difíciles negociaciones que se presentan para formar un Ejecutivo de coalición, el resultado electoral de ayer posiblemente les obligará a presentar su renuncia en un futuro cercano. Este nuevo escenario posibilitaría la vuelta a la presidencia de la CSU a Edmund Stoiber.

Pobre resultado del SPD

El cataclismo electoral de la formación conservadora alegró en cambio la vida al Partido Socialdemócrata (SPD), a pesar de que sólo sumó un pobre 19% de los sufragios. Desde Berlín, su candidato a canciller y actual ministro de Exteriores, Franz-Walter Steinmeier, tras destacar que Baviera ha dejado de pertenecer a un solo partido, sacó una conclusión, que desde marcará el debate político en los próximos meses: «No estamos hablando del resultado de una elección regional sino de un terremoto que cambiará el paisaje político más allá de las fronteras bávaras», sentenció con cierto optimismo.

Pero sin duda, los grandes beneficiados del gran resbalón de la CSU y del paupérrimo resultado obtenido por el SPD, fueron el Partido Liberal (FDP), que vuelve al Parlamento bávaro al sumar un 7,7% de los votos, y la plataforma Electores Libres (FW) que, de ser una un grupo extraparlamentario, se convirtió en la tercera fuerza política con un 10,5% de los sufragios. El resultado de esta última formación, donde milita Gabriela Pauli, la mujer que provocó la caída de Stoiber, representa otro duro golpe para la CSU, ya que gran parte de su militancia apoyó a la FW.

Tanto el Partido Liberal como Electores Libres se mostraron ayer dispuestos a formar una coalición de Gobierno con la CSU, mientras que los socialdemócratas y los Verdes, que lograron en las urnas un 9% de los votos, pusieron énfasis en la posibilidad de formar una inédita alianza en la Cámara regional, integrada por todos los partidos menos la CSU.

«Es una día negro para la CSU y una gran jornada para Baviera», manifestó una exultante Margarete Bause, líder de los Verdes, al sugerir que era posible expulsar del poder al partido socialcristiano del Gobierno. «La CSU carece de un mandato popular para seguir en el poder», sentenció Bause. Pero el gran derrotado en la jornada de ayer, Günther Beckstein, reiteró en varias entrevistas con las principales cadenas de televisión, que su partido estaba dispuesto a negociar una alianza política con el SPD, el FDP e incluso con la plataforma Electores Libres, pero nunca con los Verdes.

La decisión de los electores bávaros supuso, sin embargo y dentro del desastre, un pequeño alivio para la CSU y sus rivales políticos con representación el Parlamento regional. El temido partido La Izquierda no logró superar la barrera del 5%, un resultado que frenó, por el momento, las aspiraciones de su principal líder, Oskar Lafontaine, que había pronosticado un nuevo éxito electoral en Baviera. La Izquierda, dirigida por el ex líder del SPD, que consiguió sendos éxitos en Hesse y Hamburgo y apuntaba alto en el estado libre, solo obtuvo un 4,4% de los sufragios emitidos.