Sociedad

Uno de cada cuatro niños que viven en España es pobre

Un informe de Caixa Cataluña asegura que la tasa de los pequeños en esta situación es la más alta de toda la UE La proporción se eleva al 52% en los hijos de inmigrantes

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Niños y ancianos le ponen rostro a la pobreza en España. Suyas son las tasas más altas de privación y necesidad. Uno de cada cuatro menores vive por debajo de los umbrales de la pobreza, y uno de cada dos en el caso de los inmigrantes, los que más padecen situaciones de exclusión socioeconómica. Además de un baldón para cualquier sociedad, la pobreza infantil carga en España con un agravante; las políticas públicas no han conseguido reducirla en casi una década de bonanza económica.

Lo dice el Informe 2008 de la Inclusión Social elaborado por Caixa Catalunya. El trabajo retrata a España como un país con grandes lagunas en la lucha social contra la pobreza. Es, de hecho, el país de la antigua Europa de los 15 con mayores tasas de precariedad infantil, un 24 por ciento, que se eleva al 52 por ciento en el caso de los menores hijos de inmigrantes; entre este colectivo, uno de cada dos es catalogado como pobre. El estudio distingue tres niveles de carencia. Moderada es la de quienes viven en hogares con menos de 6.860 euros anuales.

Pobres medios son los que disponen de menos de 4.573 euros al año, y sufren pobreza extrema aquellos que cuentan con menos de 3.219 euros, una cuarta parte de la renta media nacional. Hay unos nueve millones de españoles en alguno de estos tres estadios; es decir, el 20 por ciento de la población.

En muchos casos la pobreza no es una foto fija, sino un estado de carencia que varía en el tiempo; se entra y se sale, en función de circunstancias como la pérdida del empleo, una ruptura matrimonial, etc. Muchos son pobres «que nunca pensaron que llegarían a serlo», refleja el trabajo.

Según sus autores - Carmen Gómez Granell y Pau Marí-Klose, la pobreza alta y extrema se ceba en los menores de 16 años, con tasas del 10,3 y el 5,4 por ciento, respectivamente. La pobreza moderada alcanza a un 24 por ciento. En total, más de 1,7 millones de menores. Los factores que les convierten en niños pobres varían, pero abundan los hijos de familias inmigrantes, monoparentales y de hogares en los que sólo se percibe un salario. «El modelo clásico, el trabajo de uno solo de los progenitores ya no garantiza la protección de la infancia frente a la pobreza», explicó Marí-Klose.

Mayores

La pobreza media es el reino de los mayores de 65 años. Un 31 por ciento de la llamada tercera edad vive en situaciones de carencia moderada, un 7,5 por ciento es pobre medio y sólo un 1,9 por ciento puede definirse como pobre severo. La situación empeora a partir de los 75 años, en especial en el caso de las mujeres, muchas viudas con bajas pensiones.

El informe subraya el trato desigual dispensado por las políticas públicas en España a ambos extremos del ciclo vital, la infancia y la ancianidad. La mejora progresiva de las pensiones ha servido, al menos, para proteger a la tercera edad de las peores formas de pobreza, aunque no ha rebajado los niveles de carencia moderada. En el caso de los menores, ni eso. «La infancia no ha sido una prioridad en las políticas de inclusión», ni se ha aprovechado «el ciclo expansivo para reducir los niveles de pobreza y exclusión», aseguró Marí-Klose.

España es el único país de la UE-15 en el que empeoró la capacidad de reducir la pobreza en ambos grupos de edad entre 1999 y 2006, y la crisis económica puede acentuar aún más las carencias del sistema público de bienestar, alertan los autores, que piden políticas integrales y coordinadas entre todas las administraciones.