Bush, decepcionado por el rechazo iraní a la oferta para dejar las pruebas nucleares

El presidente de EEUU, George W. Bush, ha expresado su decepción por el anunciado rechazo iraní a la oferta internacional para que suspenda el enriquecimiento de uranio y abandone sus actividades nucleares. Bush ha dado una rueda de prensa con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, con quien se ha reunido en el Palacio del Elíseo para tratar asuntos como el programa nuclear de Irán, Afganistán, Oriente Medio o el cambio climático.

Las declaraciones de ambos mandatarios se producen después de que el Gobierno iraní haya declarado que no tiene intención de suspender su enriquecimiento de uranio, tras la llegada a Teherán del enviado europeo, Javier Solana, con una propuesta de incentivos a cambio de la renuncia a esas actividades.

"El aparente rechazo iraní es una indicación de que sus líderes planean aislar aún más a su país", opina el presidente estadounidense, quien en las anteriores etapas de su gira europea ha dicho que prefiere la opción diplomática para conseguir que Irán abandone sus actividades nucleares, añadiendo que "todas las opciones están sobre la mesa", en una velada alusión a una posible intervención militar.

Advertencia a Siria

El máximo dirigente de EEUU ha lanzado también una advertencia a Siria, para que se aparte de las actividades nucleares iraníes y deje de apoyar en Líbano al grupo chií pro-iraní Hezbulá: "Les diría que dejen de relacionarse con los iraníes y de acoger a terroristas... y que dejen claro a sus aliados iraníes que deben abandonar sus actividades nucleares".

Sarkozy se ha expresado en la misma línea que su homólogo. El programa nuclear iraní es "un gran problema" y declaró que Siria debe "despegarse" de los intentos de Teherán de conseguir armamento nuclear. "Si Irán fuera a conseguir una bomba nuclear sería totalmente inaceptable", subraya el galo.

Bush también ha llamado a los aliados europeos a aumentar su ayuda a Afganistán, donde anoche un comando taliban asaltó la cárcel de Kandahar y liberó a cientos de insurgentes presos. Francia, que advierte que la solución no puede ser sólo militar, tiene previsto enviar 700 soldados adicionales a los más de 1.400 que ya tiene destinados en la fuerza de la OTAN desplegada en Afganistán.